Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org
En Colombia, considerando los malos datos de empleo y de crecimiento económico, parece desatinado el recorte de casi 300 millones de dólares que anunció el presidente Álvaro Uribe para el gasto público de 2010.
Aunque el gobierno justifica el recorte apelando a la reducción del déficit público, éste no alcanza todavía el 5% del PIB; sin embargo, que la tasa de desempleo ronde el 14%, es algo que sí debería tener al ejecutivo colombiano aplicando planes de desarrollo -aumentando el gasto- que expandan las oportunidades laborales.
En la misma idea, Colombia viene de crecer -0,3% en 2009 -su economía necesita estimulo- así que si el gobierno hace un ajuste a los programas de inversión de 2010, estará recortando el oxigeno a un mercado debilitado.
Uribe y su gabinete deberían haber calculado que venimos de una severa crisis económica internacional, por lo que éste es un año para la recuperación, no para los recortes. En todo caso, si las cosas van bien en 2010, el 2011 podría haber sido el momento para aplicar las restricciones presupuestarias.
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