sábado, 30 de abril de 2011

Venezuela: De lo regulado, poco

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Como en toda economía socialista, en la Venezuela de Chávez la escasez de productos básicos es una constante con la que deben lidiar todos los días los habitantes del único país del mundo que, pese a conocer la democracia, prefirieron imitar el comunismo cubano para aprender en carne propia las lecciones de la caída del Muro de Berlín.

La escasez en Venezuela es intermitente, a veces no hay pañales desechables, después se acaba el arroz, luego el café, en otras ocasiones el papel en todas sus versiones y cada cierto tiempo se añade un nuevo artículo a esa lista revolucionaria; donde la leche, los automóviles, las viviendas en alquiler y el aceite comestible son los productos que con más frecuencia dejan de consumir los venezolanos, no por falta de dinero, sino porque no se consiguen.

Chávez dice que esto pasa por la maldad de los especuladores que todavía quedan en Venezuela. En la mitología chavista se cree, además, que el comandante ha hecho prosperar tanto a la nación que los supermercados son incapaces de cubrir la demanda de un país tan rico, aunque algunas versiones chavistas aseguran que en Europa y Estados Unidos la gente también vive atormentada por la escasez de leche. Tan seguros están de esas historias los venezolanos que idolatran a Chávez que no hay forma de que piensen que se puede vivir de una forma mejor.

Pero superando el engaño colectivo, típico de regímenes socialistas, en Venezuela, la relación entre regulación de precios y escasez se puede demostrar con ejemplos muy simples. El whisky es un producto importado y la cerveza se fabrica con un cultivo que debe traerse del extranjero, la cebada, sin embargo, sería toda una rareza encontrar una licorería venezolana que tenga un papel en la entrada que diga, "No hay whisky", o se formen colas para vender sólo una botella de este licor por persona. Sencillamente al gobierno no se la ha ocurrido poner una regulación de precios en los licores, por esto no escasean, a pesar del atrasado control cambiario que afecta las importaciones en Venezuela.

El mundo desarrollado dejó atrás el problema de la hiperinflación hace más de 30 años utilizando políticas que no incluyen la fijación de precios preferida por los chavistas. Más de 5 años de controles draconianos sobre el valor de los rubros básicos coinciden con una inflación promedio anual de casi 30% en Venezuela, lo que destruye la tesis de que las mercancías suben por responsabilidad de los comerciantes. Pero como si fuera poca cosa ese nivel hiperinflacionario que no han podido resolver estas regulaciones, los consumidores deben enfrentar agudas crisis de escasez gracias al congelamiento de precios. ¿Qué se supone que espera el gobierno de Chávez para revaluar esta política económica?


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