Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org
En el mundo normal, los trabajos de mantenimiento están generalmente
asociados al mejor funcionamiento de los sistemas. Por ejemplo, si le
hacemos servicio a un carro con la debida frecuencia, lo más lógico es que este
vehículo funcione mucho mejor que el de alguien que nunca le haga un
cariñito a su automóvil.
El cuerpo humano responde a la
misma lógica. Una persona que se ejercite, modere su dieta y hábitos,
obviamente será mucho más propensa a tener una salud superior que la
de otro que no tome esos cuidados. Y así en la mayoría de las materias, aquello que cuidamos, por lo general dura más y se desempeña bien.
Pero ése es el mundo
natural, donde viven la mayoría de las personas. El espacio-tiempo
donde habita Corpoelec, sin embargo, parece obedecer a reglas
desconocidas aún por la mente humana.
La empresa
eléctrica estatal venezolana supuestamente hace "mantenimientos" en su sistema
nacional casi todos los días. Para ello suspende el servicio durante
horas, en algunas poblaciones por días, con la promesa de que después habrá un mejor funcionamiento. Llama la atención, por cierto, que el "mantenimiento" de
Corpoelec es
especialmente necesario en poblaciones lejanas a Caracas, lo cual no es
nada lógico, ya que en todo caso sería la capital la que más produce
desgaste por su alta demanda. Asimismo, por alguna oscura razón, el cable que envía electricidad gratis a Cuba nunca
falla, y no necesita de tanto "mantenimiento" como el resto del sistema.
Lo cierto es que la excusa del mantenimiento aparece en cada nota que envía Corpoelec a la prensa, cuando les da tiempo anunciar los cortes. Extrañamente,
luego de cinco años de molestos e incesantes "mantenimientos", no se conoce ciudad en Venezuela donde el servicio eléctrico funcione en niveles óptimos. Todo lo
contrario, después de tanto "mantenimiento", el sistema eléctrico de
Venezuela se ha deteriorado a tal punto que han aparecido los apagones
nacionales, ciudades enteras deben soportar varios días sin luz, y las
emergencias por sobrecargas, explosiones, deterioro o saltos de tensión se han
multiplicado.
Después de tanto "mantenimiento", muy pocos se acuerdan de preguntar qué hizo el general cubano, Ramiro Valdés,
con los 2500 millones de dólares que le dio Chávez para resolver la
crisis eléctrica.
Después de tanto "mantenimiento",
nadie puede decir a ciencia cierta cuándo podría resolverse por completo
esta situación, aunque todos sabemos que la crisis eléctrica
probablemente empeorará mientras los psuvistas sigan en el poder.
El
chavismo ha logrado engañar a los venezolanos en la mayoría de los
aspectos con un simple juego de palabras. En el mundo del PSUV, las
maxidevaluaciones son llamadas ajustes cambiarios, a
la escasez se le conoce como exceso de consumo, a la destrucción de un
país se le llamó patria, al entreguismo a Cuba se le llama soberanía, en tanto que
los apagones son manejados como "mantenimientos", aunque de vez en cuando todos los problemas son marcados por el Psuv como "actos de sabotaje". Mediante estos cuentos, el gobierno nunca es responsable de nada, a pesar de que controla todos los poderes del Estado y casi todas las posiciones de poder (nacionales y locales).
Mientras, con verdadero trabajo productivo, países como EEUU consumen 46 veces más energía que Venezuela sin conocer de crisis eléctricas, ni engañar a los ciudadanos con supuestas labores de mantenimiento o sabotaje.
Reparar y cuidar el sistema eléctrico es una tarea que requiere ser abordada por gente más capacitada, no hace falta castigar a los ciudadanos con draconianos racionamientos y, para colmo, mentirles. Estudiemos la situación, en Venezuela, lo que más necesita trabajos de restauración son las ideas del gobierno nacional, allí se fundieron los transformadores hace años.
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