Este Presidente es un militante, no un estadista

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Una vez asumido el cargo de Presidente, lo que el pueblo espera es que se presente y se ejecute un programa de gobierno que permita resolver, o por lo menos disminuir, los principales problemas del país.

Las decepciones sobrevienen cuando llegan al poder individuos que no están preparados para ejercer la administración de una nación. Esta ha sido la constante en Venezuela y el actual Presidente de la República no es la excepción.

Imposibilidad de pasar de candidato a gobernante

Entre los muchos males que el actual Presidente le ha causado a la República, tal vez el más grave es la cantidad de tiempo que nos ha hecho perder, porque el país necesita soluciones a sus graves problemas y mientras más tiempo se pierde, esos problemas empeoran. Pero este Presidente sólo sabe hacerse campaña utilizando las cadenas de radio y televisión, además de sus interminablemente aburridos “Aló Presidente”.

Cuando llegó al poder en 1999, se dedicó exclusivamente a hacerle campaña a la Asamblea Constituyente porque, según él, eso era lo único que necesitaba el país, luego pasó al Plan Bolívar 2000 -que era otro truco propagandístico-, después vino la habilitante de 2001, siguió con que en 2002 sí hubo golpe de Estado, luego la campaña contra el referéndum consultivo, después la campaña contra el referéndum revocatorio, inmediatamente inventó lo de las misiones para entrar en otra campaña, después lo del socialismo del siglo XXI, una vez más la campaña por las presidenciales, luego el cierre de RCTV y ahora la Reforma Constitucional, que es donde nos encontramos.

A eso se ha reducido el gobierno del actual Presidente: una campaña propagandística perpetua que implica muchos gastos y cero resultados. Con recordar esos acontecimientos ya podemos resumir su gestión de gobierno, que alcanza los 8 años. Por eso concluimos que este Presidente pretende ser un eterno candidato, una eterna promesa que ni tiene programa de gobierno, ni sabe cómo administrar a una nación tan compleja y necesitada como Venezuela.

Viviendo del futuro

Después de 8 años el Presidente continua con “haremos esto”, “iniciaremos aquello”, “mejoraremos lo otro”, etc. Sólo sabe hablar en futuro porque no hay ni un solo problema resuelto, ni una sola estadística a su favor. Vamos a atrevernos a evaluarlo como en una escuela, con una escala de 01 a 20 puntos y nos daremos cuenta que este gobierno está aplazado en todas las materias que un estadista debe completar:

Seguridad ciudadana: 01

Valor de la moneda: 01

Control de los precios: 02

Ataque a la corrupción: 01

Infraestructura: 03

Aseo urbano: 01

Protección a los derechos humanos: 01

Promoción de la unidad nacional: 01

Autonomía Universitaria: 06

Administración de hospitales, escuelas y cárceles: 01

Respeto a la disidencia: 01

Soberanía Nacional: 01 –Cuba es quien decide la política interior y exterior venezolana-

Respeto a la división de los poderes: 01

Estabilidad económica: 05

Lucha contra la pobreza y la desigualdad: 01

Relaciones exteriores: 03

Seguridad social: 01

Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología: 01

Fortalecimiento de las Fuerzas Armadas: 01

Administración de los recursos nacionales: 01

Solución al problema de la vivienda: 01

Descentralización del poder: 03

Garantizar la paz nacional: 01

Solución al problema del tráfico: 01

Protección del medio ambiente: 02 –ni siquiera hay una política seria en ejecución-

Promoción de la cultura: 01

Creación de un equipo de trabajo profesional: 01

Lucha contra el narcotráfico: 03

Está aplazado. No avanza de nivel.

Este Presidente está aplazado, hablando en lenguaje de béisbol, hay que bajarlo nuevamente a las ligas menores. Como candidato pasa la materia, pero como estadista no tiene futuro. Lo grave para nosotros es que mientras él trata de aprender el oficio con ensayo y error, no pega una y es muy lento para avanzar. Está haciéndonos perder el tiempo y con ello agrava los problemas nacionales.

Si el Presidente dejara por un momento el partidismo y la propaganda, y se dedicara a trabajar duro, rodeado por las personas más capacitadas del país, otro fuera el escenario. Venezuela necesita urgentemente estadistas, gente que gobierne y dé solución a los históricos males nacionales.

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