sábado, 28 de septiembre de 2013

Las reformas chavistas al régimen cambiario terminan en...

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

¿Cuántos cambios, reformas, leyes y prohibiciones ha ensayado el gobierno chavista en materia cambiaria, y qué ha ocurrido con nuestra moneda en cada uno de estos inventos?

Comenzando el gobierno de Chávez, por allá por 1999, se probó estabilizar la moneda nacional con un sistema de bandas de flotación que terminó en 2002, debido a que tal mecanismo no impidió que nuestra moneda se devaluara de manera importante.

El gobierno estableció desde entonces un estricto control cambiario que sería administrado por CADIVI, una mala imitación del RECADI de otros tiempos. Este sistema entorpeció bastante la adquisición de divisas extranjeras, y permitió que proliferaran las mafias dedicadas a enriquecerse con el tráfico de influencias para conseguir dólares. Cada año que transcurría bajo este nuevo régimen, el bolívar perdía más y más terreno frente al dólar.

A continuación el gobierno revolucionario comenzó a tirar flechas en materia de tipo de cambio. Se subastaban bonos para atender las demandas de las empresas y consumidores, pero estos bonos terminaban en manos de las mafias de siempre, y otra vez el resultado era corrupción, ineficiencia y un bolívar devaluado.

También se probó prohibir por ley la divulgación por los medios de comunicación del precio real del dólar, el llamado paralelo, creyendo que con censura se pondría un alto a la descabellada pérdida de valor del bolívar. Esta "flecha" tampoco pegó siquiera cerca del blanco, sirviendo sólo para que la gente se desinformara y los estafadores reventaran con los precios del dólar a la gente común. De nuevo, la propuesta del gobierno traía más ineficiencia, corrupción y devaluación de la moneda.

En medio de la desesperación de no dar pie con bola, a quienes están en el poder desde 1999 se les ocurrió una respuesta mediática a la crisis cambiaria venezolana. Creían que con papelillos, fanfarrias y cambios de nombres acabarían para siempre con el irreparable daño que le habían causado todos estos años a nuestra moneda. Entonces, en 2008, entra en vigencia el llamado bolívar fuerte, que de fuerte no tuvo nada, y al cabo de poco tiempo terminó entrando en un ciclo de devaluaciones tan graves como las de su predecesor.

A partir de allí, la crisis del bolívar se agravaría a niveles sólo vistos en las monedas de pequeñas naciones africanas. Crearían el SICAD, recortarían drásticamente la asignación de divisas extranjeras, generando con ello una enorme escasez de papel, leche, aceite, medicinas y productos de primera necesidad; y aplicarían una maxi-devaluación oficial de la moneda comenzando 2013, magnificando con ello todos los males hasta ahora descritos.

Para la recta final del año en curso, la moneda no aguanta más disparates ni inventos chavistas. Ellos lo saben, como lo ha indicado el ministro Nelson Merentes, y ahora vuelven a la sala de planificación a ver qué borrador aprueban a la carrera para detener el hundimiento de otro piso del barco. Mas sólo una cosa podemos tener por segura los venezolanos si se anunciara algún cambio, sea lo que sea que saquen del sombrero los chavistas, no tendrá efectos distintos a lo que han venido provocando sus erradas políticas cambiarias desde 1999.

Hasta que no se resuelvan las verdaderas causas que desintegran el poder adquisitivo del tipo de cambio nacional; esto es, la descontrolada inflación y la persecución contra el sector privado, las propuestas de quienes nos gobiernan otra vez terminarán en ineficiencia, corrupción y mega-depreciación de la moneda.


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sábado, 14 de septiembre de 2013

El curioso "mantenimiento" de Corpoelec

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

En el mundo normal, los trabajos de mantenimiento están generalmente asociados al mejor funcionamiento de los sistemas. Por ejemplo, si le hacemos servicio a un carro con la debida frecuencia, lo más lógico es que este vehículo funcione mucho mejor que el de alguien que nunca le haga un cariñito a su automóvil.

El cuerpo humano responde a la misma lógica. Una persona que se ejercite, modere su dieta y hábitos, obviamente será mucho más propensa a tener una salud superior que la de otro que no tome esos cuidados. Y así en la mayoría de las materias, aquello que cuidamos, por lo general dura más y se desempeña bien.

Pero ése es el mundo natural, donde viven la mayoría de las personas. El espacio-tiempo donde habita Corpoelec, sin embargo, parece obedecer a reglas desconocidas aún por la mente humana.

La empresa eléctrica estatal venezolana supuestamente hace "mantenimientos" en su sistema nacional casi todos los días. Para ello suspende el servicio durante horas, en algunas poblaciones por días, con la promesa de que después habrá un mejor funcionamiento. Llama la atención, por cierto, que el "mantenimiento" de Corpoelec es especialmente necesario en poblaciones lejanas a Caracas, lo cual no es nada lógico, ya que en todo caso sería la capital la que más produce desgaste por su alta demanda. Asimismo, por alguna oscura razón, el cable que envía electricidad gratis a Cuba nunca falla, y no necesita de tanto "mantenimiento" como el resto del sistema.

Lo cierto es que la excusa del mantenimiento aparece en cada nota que envía Corpoelec a la prensa, cuando les da tiempo anunciar los cortes. Extrañamente, luego de cinco años de molestos e incesantes "mantenimientos", no se conoce ciudad en Venezuela donde el servicio eléctrico funcione en niveles óptimos. Todo lo contrario, después de tanto "mantenimiento", el sistema eléctrico de Venezuela se ha deteriorado a tal punto que han aparecido los apagones nacionales, ciudades enteras deben soportar varios días sin luz, y las emergencias por sobrecargas, explosiones, deterioro o saltos de tensión se han multiplicado.

Después de tanto "mantenimiento", muy pocos se acuerdan de preguntar qué hizo el general cubano, Ramiro Valdés, con los 2500 millones de dólares que le dio Chávez para resolver la crisis eléctrica.

Después de tanto "mantenimiento", nadie puede decir a ciencia cierta cuándo podría resolverse por completo esta situación, aunque todos sabemos que la crisis eléctrica probablemente empeorará mientras los psuvistas sigan en el poder.

El chavismo ha logrado engañar a los venezolanos en la mayoría de los aspectos con un simple juego de palabras. En el mundo del PSUV, las maxidevaluaciones son llamadas ajustes cambiarios, a la escasez se le conoce como exceso de consumo, a la destrucción de un país se le llamó patria, al entreguismo a Cuba se le llama soberanía, en tanto que los apagones son manejados como "mantenimientos", aunque de vez en cuando todos los problemas son marcados por el Psuv como "actos de sabotaje". Mediante estos cuentos, el gobierno nunca es responsable de nada, a pesar de que controla todos los poderes del Estado y casi todas las posiciones de poder (nacionales y locales).

Mientras, con verdadero trabajo productivo, países como EEUU consumen 46 veces más energía que Venezuela sin conocer de crisis eléctricas, ni engañar a los ciudadanos con supuestas labores de mantenimiento o sabotaje.

Reparar y cuidar el sistema eléctrico es una tarea que requiere ser abordada por gente más capacitada, no hace falta castigar a los ciudadanos con draconianos racionamientos y, para colmo, mentirles. Estudiemos la situación, en Venezuela, lo que más necesita trabajos de restauración son las ideas del gobierno nacional, allí se fundieron los transformadores hace años.


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