Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
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La idea chavista de resolver el problema habitacional promoviendo condiciones jurídicas desfavorables para una de las partes tendrá repercusiones diferentes en varios sectores sociales.
Quiénes ganan
Con esta nueva ley saldrán favorecidos otros países, principalmente Panamá, Colombia, Aruba y EEUU, cuyos mercados inmobiliarios significarán mejores opciones de inversión para los venezolanos que se ganaban la vida con los bienes raíces.
Igualmente ganan los chavistas que puedan manipular a las instituciones. Como casi nadie alquilará para no ser perjudicado por la nueva ley, un grupo de empresarios bien conectado con el gobierno monopolizará lo que quede del mercado inmobiliario en Venezuela. Ya conocimos a "el rey de la cabilla", un mafioso que aprovechaba su estatus laboral y psuvista para negociar barras de hierro en el mercado negro, aunque él era el eslabón más débil de la cadena. Gracias a la nueva Ley de Inquilinato, dentro de poco nos enteraremos de que existen "reyes de los alquileres", estos serán otros chavistas mafiosos, capaces de hacer dinero con las condiciones que favorecen la creación de mercados paralelos. Y si alguno cae preso por estos negocios será el individuo menos importante de la organización.
Quiénes pierden
Con la nueva Ley de Inquilinato esencialmente saldrán perjudicados los consumidores venezolanos. La oferta drásticamente disminuida y las condiciones leoninas de "los reyes de los alquileres" impondrán una pesada carga sobre los ciudadanos comunes, los cuales no tendrán otra alternativa sino adaptarse a la mafia, tal y como sucede con la leche en polvo, los dólares, y los otros bienes que se trafican en los mercados negros protegidos por el chavismo.
Irónicamente, el gobierno de Chávez quedará también como perdedor. A la larga, alguien deberá pagar los platos rotos del desastre inmobiliario. Chávez intentará, como siempre, echar la culpa sobre el sector privado o algún ministro: sin embargo, ese tipo de cuentos chinos no engañan a la gente para siempre, como quedó demostrado con la crisis eléctrica.
Y en general Venezuela será la gran perdedora con esta nueva ley. El país se debilitará como destino de inversiones inmobiliarias, ofrecerá menos oportunidades para compradores, vendedores, arrendadores y arrendatarios, y abrirá más espacios a los mercados ilegales, las comisiones, los sobornos y la ineficiencia.
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