miércoles, 11 de abril de 2012

De Günter Grass a Oswaldo Guillén

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Dios sabe que simpatizamos con las luchas del pueblo judío, y que repudiamos la dictadura de los hermanos Castro en Cuba y algunas prácticas del régimen iraní. Pero no nos parece justo que se sancione a un intelectual alemán, Günter Grass, y a una figura del deporte, el venezolano "Ozzie" Guillén, por las declaraciones que hicieron respecto a Medio Oriente y Cuba.

¿Cuál delito cometieron estos hombres? ¿Cómo reaccionaríamos los demócratas si un manager de béisbol cubano fuera sancionado por decir que admira a Barack Obama? ¿Cuánto nos indignaría que en Irán se aislara a un académico por escribir un artículo expresando argumentos distintos a los del régimen?

Leímos completo el poema de Grass, "Lo que debe ser dicho", y no compartimos varias de sus afirmaciones, pero así es la democracia, un constante debate de opiniones encontradas, por eso procuramos una sociedad donde las leyes garanticen que cada quien exprese lo que desea, mientras no difame, ni promueva la violencia; fronteras que Grass en ningún momento traspasó. Debería alertarnos que, por expresar cívicamente unas ideas, este hombre sea declarado persona non grata en Israel, se le acuse de antisemita, el Partido Social Demócrata alemán lo tilde de loco y lo aparte de sus filas, y hasta se hayan llevado denuncias ante el Comité Nobel para despojarle del premio.

De igual manera, las declaraciones de Guillén sobre Fidel Castro pueden ser cuestionadas, nos parece equivocado admirar a un dictador, pero esas afirmaciones no justifican que le hayan suspendido de su trabajo como manager de los Marlins. El caso crea un precedente que promueve la autocensura, ¿quién va a querer decir algo que los demás no aprueben? Y la gente pensará que está bien castigar a otros por opinar "mal", pues, si lo hacen los Marlins...

Aceptar sanciones contra los criterios distintos, en los lugares del mundo que con frecuencia llamamos "libres"o "abiertos", nos quita la moral para criticar a los sistemas políticos represivos por su intolerancia, censura y persecución de la disidencia.

Demos por cierto que Guillén y Grass expresaron puntos de vista que una buena cantidad de personas consideramos errados, ¿qué deberíamos hacer en consecuencia? La opinión no es un delito en las sociedades democráticas. En cambio, sancionar a quienes piensan distinto, sólo porque sus ideas no se sincronizan con las de un sector, nos lleva por un rumbo incivilizado y retrógrado.


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miércoles, 4 de abril de 2012

Sobre la reforma de la Ley de Endeudamiento en Venezuela

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

La Asamblea Nacional de Venezuela promulgó, en 2009, la Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, estableciendo en ella un tope máximo de endeudamiento para que los gobiernos nacionales no incurrieran en el mundialmente reconocido error de permitir a los políticos contraer deudas sin límites.

Habiendo dado los legisladores ese buen paso en aquel momento, el Presidente Chávez se aprovecha de la habilitación legislativa que posee para echar tal reforma para atrás, e introducir al país en la autopista de subdesarrollo que ya otras naciones han atravesado. Finalizando marzo del presente año, el mandatario venezolano dictamina un Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, donde establece que su gobierno no tendrá límites para endeudarse, y se eliminan los controles de la Asamblea Nacional y el Banco Central sobre las operaciones de endeudamiento público que haga el Poder Ejecutivo.

El decreto dice en su artículo 81 lo siguiente: "... una vez utilizado el monto máximo autorizado conforme a la ley de endeudamiento anual para el Ejercicio Fiscal correspondiente, el Ejecutivo Nacional, por intermedio del Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de planificación y finanzas, podrá celebrar operaciones de Crédito Público por encima de dicha autorización", y "se faculta al Presidente de la República para decretar los créditos adicionales que fuere necesario".

Más adelante, el mismo artículo dice, en una impecable expresión de autoritarismo, que "Para hacer uso de las atribuciones aquí conferidas al Presidente de la República, no será preciso contar con la autorización de la Asamblea Nacional, ni con la opinión del Banco Central de Venezuela.

La sola promulgación de una ley tan retrógrada es una muy mala señal a la economía, es un golpe a la confianza del público en el país, porque le indica a las personas la irresponsabilidad con la que se maneja la Hacienda Pública venezolana, reduciendo con ello la cantidad de inversiones que las empresas nacionales y extranjeras estén dispuestas a realizar.

Por otra parte, permitirle al presidente endeudar al país sin ninguna limitación ni control de otros poderes pudiera arrojar a la nación a precipicios inflacionarios peores que los que hemos atravesado, además de las terribles repercusiones que una deuda tan pesada tendría sobre el alicaído valor del bolívar "fuerte" y el creciente déficit público.

Ésta es una ley que todos los expertos han advertido perjudicará al país. El presidente tiene otra vez la opción de rectificar o adentrarnos más en el desequilibrio macroeconómico.

(Clic aquí para descargar, en formato PDF, la Gaceta Oficial que contiene el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público).


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