martes, 31 de julio de 2007

Muchos proyectos, pocos resultados

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

La ejecución exitosa de planes y proyectos por parte de la Administración Pública Nacional, dirigida por el Presidente de la República, es clave para que el Estado progrese y el gobierno conserve el apoyo de los ciudadanos.

La cantidad de proyectos públicos que han sido abandonados por ineficiencia o incapacidad de dar respuesta a las necesidades de la población en los últimos 8 años es abrumadora. Haciendo un breve recuento de algunos de estos planes fracasados encontramos:

El Plan Bolívar 2000, El Correo del Pueblo, El Balcón del Pueblo, transformar La Carlota en un Parque infantil, convertir las lujosas residencias presidenciales en escuelas populares y la Orchila en una instalación turística pública, los 4 ejes de desarrollo (Orinoco-Apure, etc.) el Banco del Pueblo, el Banco de la Mujer, reducir la cantidad de ministerios, disminuir la escolta y celulares de funcionarios públicos, recortar los multimillonarios sueldos de los ministros y altos funcionarios de gobierno, recuperación de los niños en situación de calle, el carro popular, saneamiento del río Guaire, creación de una televisión moral y apegada a las leyes, los cultivos hidropónicos, mantenimiento de las obras públicas (Caso Torre del Centro Simón Bolívar en Parque Central, caso viaducto Caracas – La Guaira, muchos otros) acabar con los lujos presidenciales.

Los gallineros verticales, los círculos bolivarianos, los 101 planes de vivienda, los 101 planes de seguridad ciudadana, el desarrollo endógeno, el puente Orinoquia II (donde sólo pueden pasar vehículos livianos debido a que las bases se han resentido) la reconstrucción del Estado Vargas, el método CHAZ (para la negociación de tierras confiscadas) los controles de precios, los dos controles de cambios (por bandas de flotación y por cambio fijo, supuestamente para frenar la devaluación) la democracia participativa y protagónica (ahora proponen una presidencia vitalicia que rompe el principio de alternancia en el poder) la reforma de la seguridad social, la reforma de la DIEX, la Alcaldía Metropolitana, el problema de la basura, el deterioro de la vialidad, la unidad de los venezolanos, el MVR como partido político, la soberanía nacional (ahora Cuba, Rusia, China, Nicaragua, Brasil y otros países tienen ingerencia en los asuntos de política interior venezolana) la guerra contra la pobreza, el incremento de la producción petrolera.

El puente submarino en el Lago de Maracaibo, las empresas de producción social, la cogestión y autogestión de empresas, el saneamiento del Lago de Valencia y de Maracaibo, los bancos comunales, las boticas sociales, despachar desde un apartamento pequeño y no desde un Palacio tan lujoso como Miraflores, la dignificación de los barrios, el crear una red hospitalaria eficiente y abastecida con insumos y equipos, la reducción del narcotráfico, el establecimiento de un sistema adecuado de cárceles, la reducción de la impunidad y la reforma de la administración de justicia en Venezuela.

El establecimiento de un verdadero Estado de Derecho y de Justicia en Venezuela, las Fuerzas Armadas han perdido institucionalidad al igual que la mayoría de los poderes públicos, no hay control a la corrupción, el Censo nacional de 2001 (del que nunca vimos resultados) los zeppelín de vigilancia de la Alcaldía Mayor, las cooperativas como forma de asociación productiva, la entrada a MERCOSUR, acabar con las “colas” de los aviones de PDVSA, las escuelas bolivarianas, los proyectos petroleros y energéticos, la soberanía alimentaria (después de ocho años, no se consiguen los alimentos básicos del venezolano) los comedores populares, las fábricas de tractores, las fábricas de armas y municiones, los centrales azucareros, la lucha contra los EEUU y la diplomacia neo-castrista (que al ser practicada por Venezuela produce los mismos resultados que a Cuba, un progresivo aislamiento)

Sabemos que nos faltan muchos más, pero es que son tantos proyectos fracasados que no podemos mencionarlos todos.

¿Pero cómo nos afecta eso? ¡Es bueno que un gobierno tenga tantos proyectos!

Efectivamente, es bueno que un gobierno tenga proyectos, el problema sobreviene cuando la mayoría de esos proyectos fracasan o se engavetan desde que nacen, la cantidad de dinero, tiempo y recursos que se consumieron en su elaboración, iniciación y promoción se va directo a la basura. Además, los problemas para los cuales fueron diseñados esos proyectos se agravan por la falta de soluciones reales, lo que provoca la necesidad de volver a planificar, iniciar y promover nuevos proyectos, cada vez con problemas más graves.

Por lo tanto, diseñar planes que luego se abandonen por ineficientes, en política, es literalmente un pecado, es malgastar los recursos nacionales y retrasar las soluciones a los problemas públicos.

El problema se parece a que en su edificio, usted pague el condominio puntualmente para cada mejora que la junta le quiera hacer a la comunidad, pero, usted paga vigilantes y no hay vigilantes, por el contrario cada mes roban más en el edificio. Usted paga por el mantenimiento de los ascensores pero nunca funcionan, paga por la limpieza de las áreas comunes pero el edificio parece un basurero. Esto lo perjudica a usted porque usted está pagando una mensualidad al condominio, su dinero es el que se está mal utilizando.

Lo interesante es que en Venezuela la situación es peor que en esta alegoría, ya que en nuestro país no sólo se cobran cada día más impuestos (lo que equivale a decir que cada día pagamos más condominio) sino que además el gobierno nacional dispone de multimillonarias empresas que le dan muchísimo dinero. Es decir, el dinero público es peor administrado que en una mala junta de condominio.

¿Por qué fracasan los proyectos?

Los proyectos fracasan porque quienes los diseñan y ejecutan no tienen la capacidad de hacer planes reales y de trabajar duro para que se cumplan, aunado a esto, en Venezuela conviven dos viejas tradiciones: la una, es la de improvisar y cambiar de la noche a la mañana las prioridades nacionales. La otra, es que aquí nadie es responsable de nada, los presidentes y demás funcionarios públicos, llegan, violan la ley y se van de lo más tranquilos, no hay rendición sería de cuentas por parte de la Administración Pública Nacional y lo que es peor, no hay ninguna consecuencia institucional contra quienes malgasten el tesoro público.

Los muchachos dicen que necesitan más tiempo

El grupo de militares que ejecutó dos Golpes de Estado en 1992 -crímenes por los cuales fueron condenados y luego indultados por la corrupta clase política puntofijista- se cansaron de criticar a los adecos y copeyanos por ineficientes, no obstante, luego de un décimo de siglo en el poder, este grupo insiste en que la solución es entregarles a Venezuela de manera vitalicia, con la promesa de que algún día ellos aprenderán a gobernar. Comenzaron hablando de la Tercera Vía de Tony Blair, luego se fueron al Modelo de Desarrollo Endógeno que trajo Nóbrega de Chicago y ahora quieren probar con el Socialismo cubano, a ver si la pegan.

No, no queremos esas ideas equivocadas y anticuadas. Este es un país moderno que requiere de estadistas profesionales, no de politiqueros improvisados. La ciencia política ha avanzado mucho como para que un grupo de exmilitares de bajo a mediano rango (expertos en paracaidismo, explosivos y artillería) pretenda dirigir el país con una propuesta socialista, inventada hace más de cien años y con resultados catastróficos en todos los lugares donde se ha probado.

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viernes, 27 de julio de 2007

Problemas en la industria petrolera venezolana

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

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Venezuela está comenzando a sentir en su industria petrolera las consecuencias de no poseer un Estado de Derecho que garantice la inversión de las empresas extranjeras.

De acuerdo al Ministro de Energía, la cantidad de taladros que operan actualmente en la industria ha caído cerca de 40% del objetivo previsto para este año. En total hay aproximadamente 120 taladros operativos -aunque el Vicepresidente de PDVSA dijo en la Asamblea Nacional que son 112-, cuando el plan del gobierno era tener 191. Según el Ministro, han tenido serios problemas para convencer a las empresas petroleras extranjeras de invertir en Venezuela.

El gobierno expresa que la dificultad para atraer los taladros de las multinacionales se debe a la exigencia de destinar el 10% del monto por el que contratan a obras sociales. No obstante, nosotros no creemos que esa sea la causa, debido a que esas compañías cumplen con deberes mucho más exigentes en materia de impuestos y conservación ambiental en los países desarrollados, por lo que este tipo de peticiones no representan nada nuevo para ellas. La verdadera razón, es que los contratos no tienen ninguna garantía de cumplirse, como sucedió en los acuerdos de la Faja del Orinoco.

La corrupción es otro de los problemas que impide a PDVSA conseguir contratos con empresas internacionales que puedan responder. La semana pasada vimos cómo los diputados de la Asamblea Nacional cuestionaban al Vicepresidente de PDVSA, Luis Vierma, por haber otorgado un contrato multimillonario a una empresa colombiana que ni siquiera reunía el capital necesario para calificar como licitante en un proyecto de tanta envergadura.

Poseer taladros activos es crucial para que PDVSA mantenga o aumente sus niveles de producción. La caída en el número de taladros operativos es una de las razones por las cuales la industria petrolera venezolana ha disminuido su producción. Considerando además, que los campos petroleros venezolanos tienen la característica de disminuir su producción en 25% cada año, especialmente los que están al occidente del país.

¿Cuánto estamos produciendo?

En 2005, PDVSA presentó cifras oficiales de producción de 3,3 millones de barriles diarios. En ese momento, el gobierno anunció un plan para elevar la producción de crudo hasta alcanzar los 5,8 millones de barriles diarios para 2012.

Sin embargo, ese plan va por muy mal camino. Según el ejecutivo nacional, la producción actual de crudo es de 3,07 millones de barriles diarios -menos que en 2005- pero las agencias internacionales especializadas, incluyendo a la IEA, muestran que la producción venezolana de crudo es de unos 2,3 millones de barriles diarios, prácticamente un millón de barriles menos de lo asignado en la cuota OPEP.

Si la industria petrolera venezolana lograra elevar su producción, nos beneficiaríamos mucho más de los actuales precios del crudo. Pero, con una producción decaída y con el lamentable pronóstico de que esta situación empeorará, los balances de PDVSA y el presupuesto nacional seguirán erosionándose.

A continuación presentamos un gráfico de la Agencia Internacional de Energía donde se demuestra la caída de la producción petrolera venezolana y el diferencial entre ésta y la cuota asignada por la OPEP -Puedes hacer clic en la imagen para agrandarla-:

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miércoles, 25 de julio de 2007

Nacionalización de niños en el Comunismo

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

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Como doctrina totalitaria, el socialismo considera que todas las actividades del ser humano, privadas o públicas, deben ser controladas con el fin de ser aprovechadas para el proyecto comunista internacional.

Una de las áreas clave a controlar, es la propiedad privada, la cual es confiscada en procesos que ellos denominan “nacionalizaciones”. Mecanismos que supuestamente, permitirán que las empresas trabajen por el bien común.

Seguramente usted está acostumbrado a escuchar sobre nacionalizaciones o estatizaciones de empresas para ser administradas por el gobierno. Sin embargo, una de las intromisiones más aterradoras, pero menos conocida del comunismo, es otro tipo de estatización, la cual es denominada por los socialistas como “nacionalización de niños”. Este proceso consiste en adoctrinar las mentes infantiles y lavarles el cerebro con la doctrina comunista, para convertirlos en militantes fanáticos de la revolución socialista, utilizando la manipulación de siempre: “hacemos esto por el interés colectivo”.

En 1918, luego de la Revolución Bolchevique de Rusia, en un congreso sobre educación del Partido Comunista se estableció:

“Debemos convertir a la nueva generación de jóvenes en una generación de comunistas. Debemos transformar a los niños, quienes pueden ser moldeados como la cera, en comunistas verdaderos y buenos (…) Debemos remover a los niños de la cruda influencia de sus familias. Debemos tomarlos y, para hablar francamente, debemos nacionalizarlos. Desde los primeros días de sus vidas deben estar bajo la saludable influencia de niñeras y maestros comunistas. Así crecerán para ser comunistas verdaderos.” (Sheldon, 1994)

Además, en uno de los principales libros para maestros usados en la Unión Soviética se ordenaba:

“La educación es una herramienta pública vital y está dirigida al fortalecimiento del Estado socialista (…) Debemos desarrollar en cada niño un sentimiento de orgullo por pertenecer a la clase revolucionaria, y a su vanguardia, el Partido Comunista (…) Debemos decirle a cada niño lo grande que son nuestros líderes Lenin, Stalin y sus compañeros de armas. Nuestros jóvenes deben recibir adiestramiento militar para la defensa de nuestra patria socialista. El trabajo global de la escuela debe ser dirigido hacia la educación de los niños en la moral comunista. La escuela debe cultivar en ellos los hábitos de conducta comunista (…) Nuestro deber en la escuela no es la educación de niños individuales, sino la educación de un colectivo y la educación de cada niño en el espíritu del colectivismo (…) Los niños deben ir a las escuelas para saber que los intereses de la gente son inseparables de los intereses del gobierno (…) Debemos crear en los niños un orgullo natural por una Patria Socialista, un Partido Comunista y un líder mundial que es nuestro Camarada Stalin (…) Un estado general de disciplina es una de las partes orgánicas de la moral comunista (…) La sumisión total a la voluntad del líder es un necesario y esencial símbolo de disciplina. Si el líder da una orden, la misma debe cumplirse absolutamente”. (Sheldon, 1994)

Para los comunistas, el fin de las escuelas públicas no es educar a los niños sino adoctrinarlos con propaganda marxista. En todos los países donde se han establecido regímenes socialistas, el adoctrinamiento y la limitación de la Patria Potestad, han sido las dos herramientas empleadas para poner a los niños al servicio del socialismo, o dicho de otro modo, al servicio del dictador.

Referencias Bibliográficas:

- Richman, Sheldon. (1994) Separating School & State: How to Liberate America's Families. New York, Future of Freedom Foundation.

martes, 24 de julio de 2007

El socialismo del siglo XXI y las leyes de Mendel

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

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Los comunistas saben que los ciudadanos le tienen miedo al socialismo, debido a que la humanidad ha vivido bastantes regímenes socialistas como para saber de qué se trata ese cuento. Por ello, inventan estrategias que permitan “vender” a la población un nuevo intento de implantar el comunismo.

Esta estrategia proviene del siglo XX, no es nada que no se haya visto. Fidel Castro decía a los cubanos que el socialismo, que él proponía, era “más cubano que las palmeras de la Habana”. Cuando en realidad estaba aplicando al pie de la letra lo que le dictaba el partido comunista de Moscú. Mao Tse Tung engañaba a los chinos con un socialismo jamás visto, donde “florecerían mil flores” y se respetarían los puntos de vista de todos los ciudadanos, llegó a llamar a su versión del comunismo maoísmo. Pero su socialismo chino era una copia al carbón del socialismo soviético.

Lo mismo ocurrió en Vietnam, Corea del Norte, Camboya y la Europa del Este que estaba bajo el régimen comunista.

ADN político del socialismo del siglo XXI

No hay que ser un experto en genética para saber que las tortugas gigantes engendran tortugas gigantes, los elefantes africanos engendran elefantes africanos, los seres humanos engendran seres humanos y los caimanes engendran caimanes. Así se perpetúan las especies en el tiempo y heredan, de generación en generación, las características dominantes que distinguen a una especie de otra.

Ahora ¿cuál es el código genético del socialismo del siglo XXI? ¿Cuál es su ADN político?

El presidente de Venezuela y sus dirigentes partidistas se han confesado públicamente trotskistas, marxistas, maoístas, comunistas, han dicho que admiran el sistema político-social de Cuba, que añoran los tiempos de la URSS y Venezuela mantiene relaciones de cooperación con Corea del Norte y Vietnam. Con semejante herencia ¿qué clase de sistema político cree usted que es el socialismo del siglo XXI?

La fuente de inspiración del socialismo del siglo XXI es la misma que inspiró a la URSS, a China, a Cuba y a los demás países comunistas. Pero un momento, el presidente también ha dicho que el socialismo del siglo XXI es bolivariano ¿y entonces? Nada nuevo amigo lector, Lenin y los soviéticos se cansaron de rendir culto a los héroes rusos de la antigüedad para legitimar su comunismo. Hablaban de Iván el terrible, Pedro el Grande y Catalina como ejemplos de lo que querían para Rusia y los mezclaban con la propaganda marxista-leninista.

Recuerden que los pueblos tienen mucho aprecio e identificación con sus líderes históricos. Los comunistas hacen una merengada donde meten todo eso junto para manipular los sentimientos nacionalistas. Por eso ve usted que cuando el presidente de Venezuela visita países árabes habla de Alá, cuando está en Nicaragua habla de Sandino, cuando está en África habla de Nasser, en China se inclina ante Buda y así con cada cultura.

Además, rendir culto a los héroes revive la idea de que un solo hombre, fuerte y lleno de vigor, devolverá la grandeza a la patria, por lo que justifica darle todo el poder al dictador. Eso también lo hicieron los Nazis.

Igual hizo Castro. José Martí fue convertido en la mascota del comunismo cubano, que como ya dijimos es una copia del ruso. Mao tampoco se quedó atrás y mezcló su comunismo con los líderes legendarios chinos.

Pero al final esos lideres históricos sólo sirvieron para efectos de propaganda, lo importante y real fue la implantación del comunismo en su forma más cruda.

Debate sin sentido

Mucha gente sigue, a estas alturas, comiendo cuentos y siguiendo carnadas tontas, debatiendo si el socialismo del siglo XXI es cristiano, democrático, productivo o libertario.

Ese debate es inútil y una trampa. El comunismo es una doctrina que tiene un plan claramente definido. Si es varón, hembra, pelirrojo o moreno es una discusión absurda, nacerá un régimen totalitario con las características dominantes e inequívocas del comunismo.

Es un gran engaño decir un día que es marxista, luego que no, al tiempo decir que es trotskista y después que no, al tiempo mandar a un vocero a decir que es inspirado en el socialismo cubano y luego negarlo. Ésa es una estrategia de confusión, que cansa a los ciudadanos y los ahoga en información. El resultado es que la gente se queda sorprendida y no reacciona, entonces los comunistas logran su objetivo, el pueblo se queda a la expectativa de ver si realmente los políticos socialistas implantarán un régimen antidemocrático, y lo hacen.

Características dominantes del Socialismo

A lo largo de la historia el comunismo presenta rasgos dominantes, que son constantes en todas sus versiones pasadas o presentes.

Estos rasgos son: no propiedad privada, no religión, niños adoctrinados bajo la potestad del Estado, no derechos humanos, no democracia, no autonomía universitaria, no sindicatos ni gremios profesionales, no libertad de expresión, partido único, fuerzas armadas proselitistas, economía centrada en el gobierno, centralismo, personalismo, dictadores magnates, pueblo hambriento, ineficiencia, escasez, corrupción, exportación de la revolución -intervenir en la política de los países vecinos para derrocar sus gobiernos democráticos y sustituirlos por regimenes socialistas- entre otros.

Los chinos con su piel, idioma, cultura y héroes históricos distintos, reprodujeron su versión del comunismo, pero con los rasgos dominantes anteriormente mencionados, lo mismo para los cubanos, rusos y demás. El socialismo es una ideología totalitaria que pretende estar por encima de las culturas nacionales y, como es el padre de todos estos experimentos políticos, hereda todas sus características a sus hijos, no importa la ubicación geográfica donde nazcan.

viernes, 20 de julio de 2007

Sobre el discurso del General Baduel

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

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Le reconocemos

Independientemente de su actuación en el pasado y de cualquier opinión con la que uno pueda diferir, el discurso pronunciado ayer por el ahora ex ministro de la Defensa, General Raúl Isaías Baduel, fue de altura -omitiendo lo que explicaremos más adelante-.

Hace tanto tiempo que en Venezuela no se veía a un hombre pronunciar, en un acto político, un discurso de tanto contenido, madurez y autoridad. En sus palabras no hubo insultos, amenazas, violencia, discriminación, ni ninguna otra bajeza de esas que le restan autoridad moral a un líder.

Lo más importante de todo es que con su actitud, respetó a los ciudadanos, lo que corresponde a un General. Se fue citando la Biblia, el Bushido y recalcando los deberes que conciernen a los militares. Nunca perdió la dignidad, el control, el porte y los modales que corresponden a quienes ocupan altos cargos públicos.

Le reprochamos

No obstante, cuando el General Baduel asume en su discurso que vamos hacia el socialismo, y describe, cómo según él debería ser este socialismo, incurrió en una grave falta contra la nación. Los integrantes de las Fuerzas Armadas no están autorizados para profesar públicamente ninguna parcialidad política, y menos aún para sugerir hacia qué régimen político debemos dirigirnos. Es altamente reprochable que el General Baduel haya expresado todo ese proselitismo portando el uniforme de nuestras Fuerzas Armadas, en un acto solemne, en el Patio de Honor de la Academia Militar y frente a las tropas.

Por eso, ningún Ministro de la Defensa debería ser un militar activo, porque los ministros son funcionarios que se colocan al servicio del proyecto político del Presidente de la República. Cuando se coloca a militares activos en estos cargos, se crea un conflicto de intereses, que pone al militar en la ocasión de respetar los deberes de un militar activo o ser proclive al proyecto político del Presidente de la República.

El militar venezolano debe entender que es un funcionario público que presta un servicio a su nación. La posesión de las armas de la República le exige una responsabilidad suprema a sus acciones.

El militar activo que quiera pronunciarse a favor o en contra del proyecto político del Presidente de la República o de algún partido político de oposición, debe tener la integridad de renunciar primero a su condición de soldado. De lo contrario, corrompe sus funciones, viola la ley y crea peligrosas tensiones en el Estado.

Cuando un militar activo, y sobre todo si tiene un alto rango, hace proselitismo político abiertamente en las Fuerzas Armadas, fomenta la misma conducta en sus similares y subalternos. De modo que comienzan a surgir facciones políticas dentro de la misma institución, dejando como resultado varias Fuerzas Armadas: una facción de derecha, otra facción de izquierda, otra facción de centro y otra con cada ideología política que exista. En tal sentido, que la Fuerza Armada sufre una mutación y se parece más a un Parlamento, donde se discute acaloradamente sobre política, y no a un cuerpo institucional ordenado y disciplinado.

Mal ejemplo

Luego de que el General Baduel terminara su discurso, el General Rangel Briceño, nuevo Ministro de la Defensa, incurrió en el mismo error. Vale decir, este miércoles 18 de julio de 2007, los Generales Baduel y Rangel convirtieron el Patio de Honor de la Academia Militar de Fuerte Tiuna, en un cabildo para opinar de política partidista.

Uno a favor del socialismo duro y otro en contra del socialismo en su versión marxista-leninista. Grave error caballeros, mal ejemplo a los soldados y una ofensa a la institución castrense. No queremos militares dando Golpes Suaves, arriesgando la paz de Venezuela. Ustedes y nosotros sabemos el incalculable valor que tienen las Fuerzas Armadas dentro de un Estado, nadie podrá cuestionar eso jamás, por lo cual es una irresponsabilidad estar jugando con la unidad de nuestro cuerpo armado.

No queremos ver minada la cooperación en las tropas por rencillas políticas. Promover el partidismo en la Fuerza Armada es una forma de destruirla, porque la divide en grupos antagónicos, aunque no se desee. En los países desarrollados se impermeabilizó de proselitismo a los ejércitos porque se sabe de los nefastos resultados a que esto conlleva (guerras civiles, golpes de Estado, violencia, enfrentamientos, debilitamiento o desaparición de la institución).

Respetemos y valoremos a las FAN dándoles su justo lugar. El líder debe ser el primero en dar el ejemplo a sus subordinados, no se puede exigir disciplina a las tropas si uno mismo no sabe mantenerla.

jueves, 19 de julio de 2007

¿Seguiremos el camino de Irán en materia petrolera?

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

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Mahmoud Ahmadinejad es el líder extremista de Irán. Él ha convertido el enriquecimiento de uranio en una de las prioridades de esa nación y esto ha causado mucho escándalo en las potencias del mundo.

Sin embargo, la principal amenaza que tiene Irán no es externa sino interna. Cuando Ahmadinejad llegó al poder, lo hizo prometiendo elevar la calidad de vida de los iraníes y repartir la riqueza petrolera entre el pueblo. Pero sus resultados son muy pobres, lo que ha generado gran descontento en la población.

La medida más impopular de Ahmadinejad fue el racionamiento de combustible, recientemente anunciado. Muchos iraníes se sintieron defraudados, hubo violentos enfrentamientos en las calles contra la policía y varias estaciones de gasolina fueron incendiadas por los manifestantes.

Usted se estará preguntando ¿cómo es que un país que es el segundo exportador más importante de crudo en la OPEP tiene que racionar combustible? Eso es exactamente lo que molesta al pueblo iraní y es lo que pone una espada de Damocles en el corazón del régimen.

Necesidad de dinero y tecnología

Ahmadinejad es un político con muy mala reputación internacional, con todas las amenazas constantes a Israel y a los Estados Unidos, lo único que ha logrado es crear un clima de intranquilidad e inseguridad jurídica que espanta la inversión en el sector petrolero. Las empresas energéticas del mundo sospechan del respaldo que pueda tener su dinero, invertido bajo un gobierno de semejantes características.

El Estado iraní no tiene la potencia financiera ni tecnológica de hacer la inversión necesaria para que la capacidad de refinación se mantenga, de ahí que cada año la producción disminuya, golpeando el abastecimiento interno de combustible. Esto ha obligado a Irán a importar el 40% de la gasolina que consume y, como la gasolina es subsidiada por el gobierno para mantener su bajo costo, se ven forzados a racionarla.

Esa capacidad financiera y tecnológica que necesita el gobierno para recuperar su infraestructura podría ser suministrada por el sector privado internacional o por los organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial. Pero los malos políticos ponen siempre sus caprichos y su ideología por encima de los intereses de la Nación y de los ciudadanos.

Insistir en el error

Con este panorama interno, Ahmadinejad insiste en retar a la ONU y a las potencias occidentales, lo que dificulta más la recuperación. Esta actitud le va a traer más restricciones económicas internacionales a Irán, lo que va a causar cada vez más racionamiento de combustible, menos dinero para las demás funciones de gobierno y más descontento popular.

Lección para Venezuela

Lamentablemente, hay gente que no sabe aprender de los errores de los demás e insisten en cometerlos ellos mismos. El gobierno venezolano está siguiendo el mismo sendero iraní en materia petrolera: relaciones problemáticas con la comunidad internacional -lo que perturba el clima de inversión- y expulsión de las petroleras internacionales que poseen el dinero y la tecnología para explotar nuestro petróleo. Los resultados lógicamente también son parecidos, Venezuela ha estado produciendo menos petróleo desde entonces y va a producir todavía menos, mientras se sigan cometiendo los errores ya mencionados.

Ayer, en una interpelación ante la Asamblea Nacional, un alto directivo de PDVSA reconoció que sin las petroleras internacionales, Venezuela no podría mantener su producción actual.

martes, 17 de julio de 2007

Golpe de Estado a la turca -El Golpe Suave-

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
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El Golpe Suave, también conocido como golpe sin sangre, es un tipo de intervención militar en la política donde el simple pronunciamiento de la institución castrense, a favor o en contra de quien tiene el poder o de sus decisiones, es utilizado para influenciar el orden político. Por ejemplo, como cuando la amenaza del alto mando militar contra el gobierno es suficiente para forzar la dimisión del presidente o la modificación de una política.

Las protestas civiles no son Golpes Suaves, ya que este tipo de Golpes de Estado son ejecutados por las Fuerzas Armadas.

Los Golpes Suaves se presentan, generalmente, en los países con instituciones débiles, donde los militares ejercen altos cargos gubernamentales, y donde las Fuerzas Armadas gozan de un gran reconocimiento popular.

Turquía
Un caso paradigmático es Turquía, donde las tres condiciones anteriores están vigentes. En los gobiernos turcos, las intervenciones militares mediante las amenazas y pronunciamientos públicos se producen constantemente, y son suficientes para hacer que caigan los gobiernos, o éstos rectifiquen sus decisiones sin que haya enfrentamientos violentos. Por ser Turquía un país donde esto pasa con tanta frecuencia, a este tipo de Golpe militar también se le conoce como Golpe de Estado a la turca.

El último Golpe Suave en Turquía fue ejecutado el pasado 27 de abril, cuando el gobierno revolucionario de ese país, que llegó al poder democráticamente, intentó profundizar el segregacionismo religioso y diseñar leyes que destruyeran el Estado secular de Turquía. Para ilustrar mejor el punto, expondremos el orden de los sucesos:

El actual primer ministro turco declaró: “La democracia es como un carro, en el cual estaremos hasta que lleguemos a nuestro destino, una vez allí, lo abandonaremos. (…) El fin de la República secular de Turquía está cerca”.

En respuesta, el alto mando militar publicó un comunicado en su página de Internet donde expresó, entre otras cosas: “Le recordamos, a los lobos disfrazados de ovejas, que Turquía es un Estado secular y permanecerá como tal. (…) Nos oponemos a los líderes que están utilizando el Islam y las creencias sagradas del pueblo para declarar la guerra al Estado Turco (…) quien sea que vaya en contra de la filosofía de feliz el que dice soy turco es enemigo de Turquía. (…) Las Fuerzas Armadas de Turquía mantienen su inquebrantable determinación de cumplir su deber, claramente establecido por las leyes”.

Como resultado, el gobierno turco entendió el mensaje de advertencia que la poderosa institución le enviaba, y declinó muchas de sus pretensiones sin que hubiera derramamiento de sangre.

Autogolpe Suave
La estrategia de Golpe de Estado a la turca tiene una variante: El Autogolpe Suave. En esta modalidad, quien ejerce el poder ejecutivo se aprovecha de su condición de jefe de las Fuerzas Armadas y les ordena que se declaren, pública e inconstitucionalmente, partidarias de su proyecto político. Esto también es un Golpe de Estado, porque se subvierte el orden Constitucional para establecer, mediante la amenaza militar, un nuevo orden político ilegal.

Un país donde el poder ejecutivo le ordene a las Fuerzas Armadas confesar que son adeptas al socialismo, y a asumir la consigna de un partido político en particular, está en presencia de un Autogolpe Suave, porque se está rompiendo el hilo Constitucional para engendrar un nuevo orden utilizando la amenaza de la fuerza.

En este caso, el Autogolpe Suave se produce porque las Fuerzas Armadas, sin disparar una bala, asumen el rol de poder político de facto, vociferando que son proselitistas, y que no respetarán las leyes porque, para ellos, se le debe obediencia a una persona, que en su autoridad de Comandante, es superior a la Constitución.

A favor o en contra
Las Fuerzas Armadas son un órgano institucional del Estado que, en Democracia, tiene funciones claramente definidas por las leyes. Cuando ellas se pronuncian institucionalmente, en contra o a favor del proyecto político de un partido en específico, están prestándose a materializar un golpe de Estado sin sangre o a la turca, están ejecutando un golpe de Estado suave.

viernes, 13 de julio de 2007

La debilidad del déspota

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

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Los dictadores y sus cómplices, tienden a pensar que las armas y el control institucional son todo lo que necesitan para mantener el gobierno. No obstante, existen teorías que cuestionan a estos elementos como el centro de gravedad del poder.

Según los trabajos de James C. Scott, lo ataques más nocivos para los regímenes dictatoriales, provienen de sus propios partidarios, los cuales, aunque muestran una postura de lealtad en su vida pública, hospedan un elemento interno que no se somete al dictador.

Los regímenes totalitarios contradicen la naturaleza humana al creer que pueden eliminar la libertad de la conciencia, pero se equivocan. Se ha estudiado que las personas que viven en comunismos, fascismos y otros regímenes opresores, nunca llegan a someter su mente a los designios del tirano. Incluso los más fanáticos aduladores del dictador, expresan una opinión a viva voz, pero en su interior piensan y deciden de acuerdo a sus valores e intereses. (Scott, 1990).

Estos mismos estudios demuestran que los regímenes totalitarios son los que más padecen sabotajes de sus propios partidarios: Secretarias que son más lentas, obreros que ocasionan “fallas accidentales”, trabajadores que pierden documentos “sin querer”, aliados que “olvidan” lo que tenían que hacer, informantes internos que revelan a la oposición todos los secretos del gobierno, fiscales que duermen los casos o cometen errores jurídicos intencionalmente, alcaldes que no recogen la basura, ministros que no ejecutan las obras, militares que liberan presos políticos y todo tipo de ataques velados al régimen, que a la larga dan al traste con la dictadura.

La debilidad del dictador es la conciencia de las personas que lo sirven, sus cómplices y militantes. Si revisamos la historia, podemos verificar cómo, hasta los hijos y familiares de los tiranos, se cuentan entre sus principales disidentes. En esta oportunidad, le presentamos estos siete electrizantes ejemplos:

1) La hija de Fidel Castro, Alina Fernández Revuelta, dirige desde Miami un programa de Radio con un corte editorial muy crítico a la Revolución castrista, lo que le ha ganado ser una de las heroínas de los exiliados cubanos.

2) Un sobrino de Castro, llamado Lincoln Rafael Diaz Balart, es actualmente congresista del Congreso de los Estados Unidos por parte del partido Republicano, y mantiene una línea tan anticastrista, que haría sonrojar a cualquiera en el Pentágono.

3) Una hermana de Castro, Juanita Castro, al irse a vivir a Estados Unidos huyendo del gobierno de su hermano, declaró a la revista Time: “No puedo permanecer más tiempo indiferente a lo que está pasando en mi país (…) mis hermanos Fidel y Raúl han hecho de Cuba una enorme prisión rodeada de agua, el pueblo está clavado a la cruz del tormento que nos ha impuesto el comunismo internacional”. (Revista Time, 10 de Julio de 1964).

4) Otro hermano de Castro, Ramón, también autoexiliado, declaró a la revista Time, y dijo, entre otras cosas: “…Las medidas antirreligiosas de Fidel enfurecieron a su madre. Cuando Castro se declaró un verdadero Marxista Leninista, Juanita (la hermana) levantó las manos en desesperación”. (Revista Time, 10 de Julio de 1964).

5) Otra valiente mujer, Svetlana, hija del dictador de dictadores, Joseph Stalin, una vez muerto su padre (quién odiaba a las democracias Occidentales) emigró a los Estados Unidos y se graduó allí en historia de ese país. Hoy día vive en Wisconsin y ha revelado muchos de los crímenes de su padre y de las dictaduras soviéticas.

6) El primer veredicto, que ponía fin a la dictadura de Pinochet en Chile, fue pronunciado por su General de mayor rango y confianza, quien la noche del plebiscito y antes de que la autoridad electoral decretara el resultado, le dijo públicamente a un periodista de televisión “parece que ganó el No”. Declaración que enviaba el mensaje a la autoridad electoral y a la nación, de que las Fuerzas Armadas chilenas respetarían el voto popular, aún cuando desfavorecía al dictador.

7) Saddam Hussein fue entregado a las fuerzas extranjeras por su propio yerno y oficial de confianza, a sabiendas de todo lo que le esperaba.

Estos son apenas unos ejemplos, pero la historia está llena de miles de casos, que van desde presentaciones en televisión de esposas atormentadas diciendo “Presidente… oiga al pueblo”, hasta la negativa a obedecer del General que menos se esperaba. La consciencia es tan poderosa, que somete hasta los intereses más mezquinos y egoístas de los secuaces del dictador. Ella es la principal aliada de la libertad, porque siempre está ahí como un juez imparcial y plenipotenciario sobre el cuerpo. No hay fuerza humana capaz de someterla, por eso, siempre es más probable que una dictadura fracase a que tenga éxito.

jueves, 12 de julio de 2007

Información, opinión y objetividad en la ciencia y el periodismo

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

Dentro del ámbito científico y periodístico de los países latinoamericanos, reina el paradigma de lo que llaman “objetividad”. De acuerdo al concepto al que tantos siglos de autoritarismo e ignorancia nos han acostumbrado en Hispanoamérica, ser objetivo significa no poseer ninguna opinión propia, uno debe ser lo más parecido a un robot, sólo procesar los datos que los demás nos proporcionen. Opinar, cuestionar, reflexionar o comprobar lo que las autoridades nos digan es el pecado profesional más grande que puede cometer un académico o periodista.

En contraste, la objetividad profesionalmente definida es parte del método científico y, según Theodore Porter, se basa en la idea de que la ciencia, o la información real, tienen la propiedad de ser comprobables, independientemente de quien la proporcione. Por eso la objetividad está íntimamente ligada a lo verificable y reproducible. Para ser propiamente considerada objetiva, la ciencia o la información tienen que poder ser comunicadas de persona a persona y ser demostradas por terceras partes. (Porter, 1995)

Es decir, si usted hace alguna afirmación que sea demostrable, está siendo objetivo.

La objetividad y el periodismo

Siempre los gobiernos han tratado de vetar a la prensa, para que no cuestione los desastres y errores de los que son responsables. Hasta la revolución industrial, el periodismo consistía únicamente en comunicar uno que otro cambio en las leyes nacionales y en hacer públicos los aburridos anuncios gubernamentales de lo “bien que lo estaban haciendo las autoridades”.

Conforme los seres humanos hemos ido aprendiendo que existen formas nuevas y mejores de hacer las cosas, nos dimos cuenta de que la humanidad no tenía sólo necesidad de recibir información del gobierno, también queríamos leer y comunicar las opiniones e informaciones de los que no formamos parte del poder político.

Entonces comenzaron a aparecer diarios independientes en algunas partes de Europa, los periodistas fueron poco a poco ganando independencia y los diarios reflejaban, por primera vez en la historia, malas noticias del gobierno. Estas noticias no eran meras informaciones mecánicas que llegaban a las salas de redacción, también eran opiniones propias de quienes escribían. Opiniones que cuestionaban la gestión pública y denunciaban actos ilícitos de las autoridades.

Desde entonces y hasta hoy, el derecho a opinar se consagró como fundamental en todos los países libres. Y ha demostrado ser uno de los mejores obstáculos contra las dictaduras.

¿Se imagina usted que para informarse tuviera que leer a diario la fría Gaceta Oficial del gobierno? Los seres humanos no somos así.

El derecho a informar y opinar en los regímenes fascistas o comunistas

Desde la revolución industrial veníamos progresando en esta materia, pero apareció un individuo llamado Karl Marx, (quien por cierto era periodista) y se le ocurrió volver a la dictadura, según él esta vez sería diferente, era la dictadura de la clase obrera y de los oprimidos ¿Cuántas veces habremos escuchado esta patraña?.

Entonces a él y a sus seguidores les pareció que la prensa (al igual que la Iglesia, las universidades y todo lo demás) obedecía a los intereses de la clase burguesa, por lo que era mejor instaurar una dictadura proletaria indefinida para recuperar la libertad (sí, leyó bien) Y después pasar al idílico escenario donde todos seríamos iguales y todo sería de todos. Este razonamiento es tan ilógico, como decir que para ser libres hay que primero ser esclavos.

Por esa razón, los comunistas rusos, chinos, cubanos y de todos los rincones del mundo, una vez que llegaron al poder, hicieron añicos la libre opinión e información. Como en toda dictadura, la única información y opinión válida fue la del régimen. Pero recuerden, como según ellos, actúan en nombre de la clase oprimida, tienen total licencia para cometer toda clase de crímenes contra quienes se les oponen.

Nunca olvidemos que el totalitarismo es un monstruo que tuvo dos hijos varones: el comunismo y el fascismo. En el fascismo, como también promueve dictaduras, se aplica la misma receta de aniquilación de la información, sólo son válidas las opiniones e informaciones que proporciona el gobierno, supuestamente integrado por seres superiores.

Lo que el totalitarismo no respeta es que todos los ciudadanos tenemos la capacidad de pensar y el derecho de cuestionar a quienes nos gobiernan, porque el poder es una propiedad pública que nos pertenece a todos. Por eso las ventas de periódicos y medios privados son inmensamente mayores a la distribución de medios oficiales. Nos inclinamos naturalmente por opinar, expresar nuestros gustos, nuestras preferencias y fijar posiciones.

miércoles, 11 de julio de 2007

La religión en la Unión Soviética

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

La política de la Unión Soviética hacia la religión estuvo basada en la ideología Marxista, por lo que la doctrina oficial del Estado soviético era el ateismo (es decir, No Dios). Vladimir Lenin, el primer dictador de la URSS escribió:

La Religión es el opio del pueblo: este dicho de Marx es la piedra angular de la ideología marxista acerca de la religión. Todas las religiones e iglesias modernas y todo tipo de organizaciones religiosas son siempre consideradas por el Marxismo como órganos de reacción burguesa, usados para la protección de la explotación y el engaño de la clase trabajadora”. (Lenin, 1909: 41).

Lenin creó su propia versión del comunismo en la URSS, el llamado Marxismo-Leninismo, pero manteniendo la línea marxista de ver a la religión como un enemigo. Por lo tanto, con Lenin se inicia la política soviética de controlar, suprimir y eliminar las creencias religiosas. De 1920 a 1940, algunas organizaciones gubernamentales como la Liga de los Militantes Sin Dios (en ruso Общество безбожников), ridiculizó y acosó a los creyentes. El ateismo fue propagado en las escuelas por organizaciones comunistas como la Organización de los Jóvenes Pioneros (Всесою́зная пионе́рская организа́ция и́мени В. И. Ле́нина) y los medios de comunicación.

Los esfuerzos del régimen por erradicar la religión en la Unión Soviética, perseguían un objetivo de largo plazo, el desarrollo de una masa popular cuya única religión fuera la doctrina soviética.

A continuación, detallamos la relación entre las principales religiones y el régimen socialista soviético:

La Iglesia Ortodoxa Rusa.

La mayoría de los rusos profesaban el cristianismo ortodoxo antes de que apareciera Lenin. Por ello, las autoridades soviéticas debían controlar y utilizar a esta Iglesia para sus intereses políticos. Una vez estuvieran seguros en el poder, debían eliminarla. Durante los primeros 5 años de revolución, 28 obispos ortodoxos fueron ejecutados, al igual que 1200 sacerdotes. Muchos otros fueron llevados a campos de concentración, arrestados o exilados. Los creyentes fueron señalados y perseguidos. La mayoría de los Seminarios fueron cerrados y la publicación de material religioso fue prohibida. Para 1941 sólo quedaban 500 iglesias ortodoxas abiertas en Rusia, de más de 54.000 que había antes de la primera guerra mundial.

La Iglesia Católica y Protestante

El hecho que la Iglesia Católica tuviera como jerarca al Papa, una autoridad eclesiástica que vivía fuera de Rusia, dibujaba un panorama peor para los católicos. Los miembros del partido comunista ruso veían como imperialista este fenómeno y lo añadían a su ateismo marxista. La persecución fue tan feroz que para 1939, el gobierno ruso daba a la Iglesia Católica por destruida dentro de sus fronteras. Sólo se permitió un pequeño remanente en las repúblicas soviéticas de Lituania, Bielorrusia y Urania. Sin embargo, en esas regiones el número de sacerdotes encarcelados por practicar su fe fue elevado, muchos Seminarios fueron cerrados y la condición para que las Iglesias permanecieran abiertas al público era permitir agentes del gobierno infiltrados para espiar a los fieles y a los sacerdotes.

En cuanto a los protestantes (quienes representaban un número tan pequeño que eran los menos importantes para el régimen), el gobierno creo un órgano llamado Consejo Unificado de Cristianos Evangélicos Bautistas, institución que le daba al gobierno el control de las Iglesias Protestantes. Muchas congregaciones se negaron a formar parte de este consejo desde sus comienzos, y las que se inscribieron, lo dejaron al poco tiempo, al darse cuenta de que el gobierno, a través del consejo, pretendía controlar la vida eclesiástica. Las autoridades soviéticas cercaron la operatividad de estas congregaciones, infiltraron agentes en ellas, acosaron a sus sacerdotes y persiguieron a sus miembros. Muchos crímenes y torturas fueron cometidos contra sus integrantes por regalar Biblias o enseñar religión en lugares públicos.

Islam

En la URSS, la población islámica era numerosa. El gobierno ideó separar a los musulmanes soviéticos en entidades pequeñas y aisladas. Se crearon 6 repúblicas musulmanas con el propósito de incitar el desarrollo de 6 culturas diferentes, los líderes comunistas intentaron bloquear la comunicación entre estas repúblicas para evitar que se unieran y fortalecieran sus lazos. La política de ateismo fue duramente aplicada entre estas poblaciones y varias mezquitas fueron derribadas. Para 1917 habían 25000 mezquitas en la URSS, para 1970 sólo quedaban 500.

Judaísmo

A pesar de que Lenin, en un principio, tuvo algunos partidarios judíos, el régimen fue siempre hostil contra el judaísmo. En 1919 las autoridades soviéticas abolieron los Consejos Comunitarios Judíos, instituciones que tradicionalmente mantenían las sinagogas. Crearon una sección especial en el partido para tratar el tema judío, su obligación era la de desprestigiar al clero y la religión judía.

En 1928 los soviéticos crearon una propuesta de enclave Judío dentro de la URSS, para aislar a los judíos, marginarlos y tratarlos como ciudadanos de segunda, bajo su control y supervisión. Este enclave estaría situado en el extremo oriente del imperio ruso, sería la “Sión Soviética”. El hebreo no sería el idioma oficial sino el Yiddish. El arte y literatura proletaria socialista tendría que reemplazar al judaísmo como el centro de la cultura hebrea. A pesar de todos los esfuerzos gubernamentales, la población judía nunca cayó en esta trampa, los inmigrantes a la zona nunca representaron una proporción importante de la población. Stalin inventó otra solución: la purga. Los líderes judíos fueron arrestados y asesinados, las escuelas hebreas cerradas.

Al principio de la revolución había 5000 sinagogas en la URSS, la mayoría fueron cerradas por Stalin y el resto por Khrushchev. Practicar el judaísmo fue casi imposible, por eso los judíos querían dejar la URSS.

El dios supremo que pretendían los líderes de la Unión Soviética para su población era el Lenin momificado que se exhibía en un mausoleo en la Plaza Roja, ante este cadáver, los visitantes tenían prohibido siquiera pronunciar una palabra y le debían el máximo respeto. La religión que se proponía para el Estado socialista configuraba el siguiente cuadro: Lenin como líder universal y el dictador del momento como dios terrenal.

Todas estas políticas para eliminar las creencias religiosas no pasaron en vano, aún cuando al final triunfó la libertad. Cuando en la década de los 90, se realizan elecciones por primera vez en Rusia, para la mayoría de los rusos la religión de cualquier denominación representaba algo irrelevante en sus vidas y un gran porcentaje se calificaba como ateo. Los candidatos políticos que participaron en la elección fueron educados bajo el imperio ateísta soviético, los que querían ganarse el respaldo del electorado creyente, tuvieron que acudir a una iglesia por primera vez en sus vidas, para aprender a persignarse, orar o realizar algún otro tipo de ritual, y así, hacerlo correctamente frente a las cámaras de TV.

La libertad religiosa no es cualquier cosa, es uno de los derechos fundamentales reconocidos por la ONU y por la teoría democrática, como pilar esencial del ser humano. Pero como ya hemos visto, el socialismo considera que la religión es abominable.

martes, 10 de julio de 2007

El Estado Casino

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

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Casi todas las religiones del mundo condenan el vicio del juego, por considerar que corrompe la virtud del trabajo honesto y productivo. A pesar de esto, el Creador nos dio libertad para escoger la vida que mejor nos parezca, por lo tanto, en el ámbito privado, cada quien puede hacer de su vida lo que le dicte su consciencia.

Hasta aquí, lo único que podemos hacer desde la política es tratar de influenciar a las personas hacia los mejores caminos a los que podamos guiarlos, pero sabiendo que cada quien es responsable de sí mismo y libre de tomar las decisiones que desee, mientras respete el derecho de los demás.

No obstante, a las infames clases políticas que han gobernado a Venezuela, no se les ocurrió otra cosa para recaudar dinero, que el establecer decenas de empresas de lotería, bingos, lotos y las demás modalidades de las apuestas.

¿En qué cabeza puede concebirse a un estadista que, para fortalecer al Estado, instaure una gigantesca red lúdica para saquear los bolsillos de los ciudadanos?

La gente juega y pierde dinero, si no fuera así, los Casinos no serían un negocio. La única razón, por la cual las ignorantes mentes que han dirigido a nuestro país han establecido todo este Estado apostador, es para que el gobierno obtenga dinero a costa de la pobreza de los ciudadanos.

Como ya dejamos claro al principio, si alguien quiere, en su condición de privado, establecer un Casino o ir a jugar lotería, está en la libertad de hacerlo, porque aunque existan opiniones en su contra, cada cual es dueño de su vida y de sus decisiones. Pero que el gobierno, con todo su poder y los recursos públicos, construya establecimientos e invierta dinero para fomentar las apuestas es una estupidez, típica de los países atrasados del mundo. Aún cuando traten de disfrazar la actividad haciendo donativos y caridad. ¿Ha notado usted la creciente cantidad de loterías gubernamentales que tiene Venezuela?.

El juego, no es una actividad que promueva valores o que enseñe ciencia en las zonas populares. El juego, estimula un estilo de vida dependiente de la suerte, por lo que corrompe la noción de trabajo duro, tiempo y esfuerzo para lograr las cosas. Además, los juegos de azar empobrecen a la mayoría de sus jugadores y en algunos casos, crean dependencia y fomentan otros vicios. Que un gobierno tenga empresas de loterías y apuestas, es algo así como que también se dedicara al negocio del narcotráfico, el alcohol y la prostitución.

Nuestro deseo es que a ninguna de las “mentes brillantes” que hacen política en Venezuela, se le vaya a ocurrir un día de estos, construir una franquicia gubernamental de casa de citas y después salir haciendo donativos a los hospitales.

Y no queremos mencionar aquí toda la corrupción que se ha denunciado en estas empresas de lotería, porque eso es otro tema bastante largo: números filtrados (datos), juegos arreglados, sueldos millonarios a las modelos que escogen, etc, etc, etc.

Si el gobierno quiere tener empresas para recaudar dinero, por lo menos que tenga la decencia de pensar en actividades más inteligentes, honestas y que generen más trabajo, como la agricultura, la ganadería o la gran industria. Bastante que tenemos que hacer en estos sectores como para ponernos a crear loterías gubernamentales.

viernes, 6 de julio de 2007

La ética militar es antagónica al comunismo

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

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Siempre que los partidos comunistas llegan al poder, ya sea de forma violenta (como acostumbran) o de forma electoral utilizando el engaño (nunca dicen cuáles son sus verdaderas intenciones e incluso niegan en las campañas electorales su tendencia comunista) uno de sus principales objetivos es destruir a las Fuerzas Armadas.

El componente militar, en democracia, es un cuerpo que cultiva la institucionalidad y la legalidad. El comunismo, en cambio, se opone drásticamente a estos conceptos. Para el socialismo, la legalidad y la institucionalidad comienzan y terminan en el dictador, quien dirige el Estado a voluntad. El comunismo inicia como un amanecer de esperanzas de igualdad pero termina siempre en una dictadura, no hay una sola excepción a esta ley de las ciencias políticas. Por lo tanto, decir comunismo es decir dictadura, destrucción de la institucionalidad y de la legalidad.

Esta ruptura de la institucionalidad y legalidad democráticas afectan profundamente a las Fuerzas Armadas, ya que son una organización cuyo funcionamiento está completamente regido por las leyes.

Hemos dicho que el comunismo le declara la guerra al cristianismo, por considerar que todas las religiones son un sedante que utilizan las clases dominantes para evitar que la violencia, de los socialistas que aspiran al poder, los derroque. Esta vez, explicaremos en varios puntos, cómo los principios ideológicos del elemento armado del Estado chocan, igualmente, con la ideología comunista:

Comunista antes que soldado

En el socialismo las Fuerzas Armadas pasan a ser el brazo armado del partido en el gobierno comunista. Los ascensos se reparten de acuerdo a la militancia en el partido, que controla el dictador. El gobierno inserta agentes políticos de control partidista para supervisar que todo el personal militar, que se reclute y que se encuentre activo, cumpla con los criterios ideológicos del partido.

Planteamiento estratégico de la guerra

Las Fuerzas Armadas de los países democráticos del mundo entrenan a diario en la guerra convencional, es decir, principios, formaciones de batalla y maniobras que se aplican contra otro ejército igualmente armado y entrenado para la guerra convencional.

Un militar serio, jamás sería parte de una guerrilla. Un verdadero militar, en caso de contar con pocos hombres, recurriría a las operaciones tipo comando, pero nunca a una guerrilla de criminales, que se comportan sin orden.

Los comunistas no creen en la confrontación convencional ni en los conceptos militares democráticos. Para los socialistas la guerra se hace con guerrillas. Una guerra donde no hay organización militar clásica, sino milicias de terroristas que se dedican a “pegar y correr”.

Nunca verá usted a guerrilleros comunistas frente a un ejército regular en un campo de batalla. Los teóricos del comunismo creen en el terrorismo como forma de conseguir sus objetivos. Para lo cual reclutan a todo tipo de personajes de cuestionable honor, generalmente mercenarios, con apariencia descuidada y otros problemas.

Los ejércitos convencionales, de las naciones democráticas, plantean guerras defensivas u ofensivas en contra de otros Estados. Diferente de los comunistas, quienes plantean guerras conspirativas, dentro y fuera de sus territorios, con el objetivo de derrocar gobiernos democráticos para instaurar dictaduras comunistas.

Por eso los ejércitos mejor entrenados del mundo han tenido algunos problemas en enfrentar a guerrilleros socialistas, porque aplican un tipo de guerra distinta a la que entrena un militar convencional. Sin embargo, la teoría militar democrática ha demostrado ser sumamente superior a las guerrillas del desorden comunistas.

Idea del orden y estética

Los ejércitos serios, responsables y democráticos, asumen que en un Estado bien gobernado la violencia debe ser monopolizada por las autoridades. Mientras que para los comunistas, “la violencia es la comadrona de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva” (Marx, 1867: I 639) De modo que debe ser despertada y alentada para que nazca la nueva sociedad socialista.

La existencia de milicias paralelas rondando las calles para sembrar el terror es un principio comunista, que viola las leyes democráticas y el código de obediencia de unas Fuerzas Armadas democráticas.

Los ejércitos convencionales tienen infinito aprecio por el orden dentro de la organización militar. Por eso el cabello se lleva corto y la barba afeitada (es la forma más ordenada e higiénica) los uniformes se portan a la medida y deben estar impecables, asimismo los protocolos y dignidad del efectivo castrense deben conservarse intactos.

Para los comunistas, el guerrero ideal es un comandante desgreñado, con una barba larga hasta el pecho y uniformes sueltos, parecidos a guayaberas. Su apariencia es sucia y su olor enrarecido por falta de aseo.

Los comunistas son dados a humillar a los oficiales militares, sometiéndolos a actividades que no son propias de un guerrero y que rompen el protocolo militar. Esto lo hacen para purgar a los ejércitos de verdaderos militares y, poco a poco, ir sustituyéndolos por militantes del partido comunista. Con este objetivo, mientras ponen a los oficiales y soldados a cortar quesos y pesar papas, sus paramilitares entrenan todos los días en terrorismo y reclutan nuevos adeptos.

Antagonismo por naturaleza

Lo anteriormente expuesto explica porqué a lo largo de la historia los militares y los comunistas se aborrecen. Los militares están conscientes de que el comunismo los ubica como blanco a destruir, una vez que se alcance el poder.

Los comunistas han hecho esto de dos formas, la suave y la dura. En la suave, las fuerzas armadas son desmanteladas lentamente hasta ser sustituidas y controladas por el partido comunista. La vía dura, aniquila violentamente a todo el cuerpo de oficiales y lo sustituye por los milicianos revolucionarios.

En la Unión Soviética, China, Corea del Norte, Camboya, Vietnam, Cuba y la Europa comunista controlada por la URSS, se aniquiló por completo a las fuerzas armadas de la época pre-comunista.

Los valores profesionales de un militar son el orden, el respeto a la ley y la disciplina. Valores que no concuerdan en nada con la doctrina comunista.

Al igual que con los estudiantes, profesionales, intelectuales, empresarios, sindicatos obreros, partidos políticos democráticos, Iglesia, campesinos y el pueblo, en general, usted puede tener la seguridad de que en todo lugar de este mundo en donde haya un gobernante que pretenda (por el engaño o la fuerza) instaurar una dictadura comunista, producirá roces, fisuras y contradicciones cada vez más irreconciliables entre el ejército democrático y el proyecto socialista.

Creación de ejércitos paralelos

Ante este antagonismo natural entre los comunistas y la ética de las Fuerzas Armadas regulares, todos los gobiernos socialistas se ven obligados a crear nuevas organizaciones paramilitares que puedan controlar, integradas por fanáticos del partido que defiendan en armas la revolución. Este tipo de milicias paralelas las componen supuestos reservistas, bandas comunitarias y otros grupos armados, encargados de realizar trabajos ilegales, que de ninguna manera podrían confiarse a militares profesionales.

jueves, 5 de julio de 2007

Armas de guerra en contra de civiles

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

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Algunos gobiernos implementan instrumentos de guerra en contra de la población civil con el objeto de infundir terror y ganar obediencia. Una de estas herramientas bélicas es la guerra psicológica, cuyo uso contra la población civil, en tiempos de paz o de guerra, está sancionado por los tratados internacionales.

La guerra psicológica es diferente a la propaganda y los demás recursos políticos empleados en las campañas y luchas democráticas. La guerra psicológica está basada fundamentalmente en infundir miedo sobre los adversarios con el fin de someterlos sin llegar a disparar las armas.

La intimidación puede hacerse con cualquier armamento, siempre y cuando se produzca un sentimiento de terror en el enemigo con tan sólo ser amenazado.

Aquí pretendemos mencionar de manera sencilla el tema. Nuestro propósito en este artículo es ilustrar a la población en general acerca de una de las herramientas utilizadas por los gobiernos autoritarios y contribuir a crear conciencia democrática.

A continuación mencionamos algunas herramientas de terrorismo gubernamental:

Exhibición de armamento:

Entre las estrategias de guerra psicológica figura el sobrevuelo continuo de aviones y helicópteros de combate sobre ciudades con grandes poblaciones.

Estas aeronaves normalmente pasarían por el cielo y serían imperceptibles, están diseñadas para el sigilo, pero cuando son utilizadas para amedrentar, se pasean una y otra vez con vuelos al ras sobre las ciudades y aceleran estrepitosamente en pleno centro urbano, para hacer descargas espectaculares de ruidos tremendos que demuestran poder y provocan temor.

Otra de las variantes de esta artimaña es sacar tanques, tanquetas y otros vehículos pesados del ejército para estacionarlos en plazas o autopistas. No hay razón por la que los civiles tengan que vivir con ruidosos aviones de combate sobrevolándolos y vehículos militares pesados exhibiéndose en lugares públicos, salvo que el escenario sea una guerra. En la antigua Roma, un gobernante llamado Publicola prohibió entrar con armas en alto a la ciudad porque esto intimidaba a los ciudadanos. Desde entonces, es mucho lo que han avanzado las sociedades en proteger a los ciudadanos de este tipo de terrorismo.

El sobrevuelo de helicópteros, con personal armado, sobre marchas o concentraciones de grupos demócratas, constituye de igual forma un instrumento de intimidación, que persigue dar la sensación de control y supervisión.

Abuso de los medios de comunicación:

Otra estrategia consiste en colocar periodistas o partidarios en los medios de comunicación oficiales para descalificar, insultar, difamar, acusar, amenazar y ridiculizar a todo el que no se ajuste a los lineamientos del dictador.

Con ello se busca censurar a personajes específicos de la oposición. Se viola la ley repetidamente, se injuria a diestra y siniestra sin ningún impedimento y sin consecuencias debido a la complicidad de los organismos de justicia, quienes están sometidos a la voluntad del autócrata.

El uso de constantes interrupciones de la programación de radio y televisión para unificar la señal y transmitir los mensajes del autócrata o de sus colaboradores fue una táctica ideada por los soviéticos y los nazis. Con ella se pretende, en primer lugar, aplicar dosis periódicas del llamado “lavado cerebral” para que todos vean el mundo como lo ve el dictador. También se intenta con esta táctica enviar un mensaje de control sobre lo que se ve y hacer que los civiles sientan vulnerada su privacidad y capacidad de decisión.

Zonas de seguridad:

El establecimiento de zonas de seguridad en tiempos de paz y otorgamiento de estrictos permisos para ejercer el derecho a la protesta busca acostumbrar a los civiles disidentes a “pedir permiso” para actuar y acondiciona a la población para inculcarles que las cosas se hacen como, cuando y donde quiere el opresor. Las zonas de seguridad y los severos permisos para el control de concentraciones fueron típicos en la época del muro de Berlín y en las dictaduras del siglo XX, especialmente en Corea del Norte.

El otorgamiento de permisos se combina con la desinformación, cambiando de un momento a otro la fecha y el lugar de la concentración, para producir confusión y sorpresa en el adversario, de tal forma que no participe en las protestas.

Clasificación de los disidentes:

Tal vez el peor y más cruel de todos los métodos. Se crean listas, archivos, fotografías, grabaciones y todo tipo de expedientes que permitan identificar a quienes son percibidos como amenazas. Con estos archivos se excluirá a cada disidente de los beneficios de ser ciudadano y se provocará la autocensura de quienes están pensando expresar su descontento.

De ejemplos está llena la historia, los nazis tatuaron seriales en los brazos de los judíos y colocaron estrellas en sus ropas, casas y comercios para tenerlos identificados. En la URSS y los otros países comunistas se llevaban cuentas gubernamentales de quienes estaban en contra de la revolución, de quienes participaban en los actos que el dictador ordenaba y de quienes votaban en oposición al gobierno. Estas prácticas todavía son utilizadas por los gobiernos autoritarios.

Violación de la privacidad:

El ser humano, con el sólo hecho de dudar si alguien puede estar vigilándolo inhibe su conducta. En la guerra psicológica se explota esta realidad, para dar la sensación a los ciudadanos de que todo lo que ellos hacen lo sabe el gobernante. Por ello se hace saber intencionalmente a los opositores, a través de los medios de información, que su correspondencia y llamadas telefónicas están siendo intervenidas, que sus actividades están siendo filmadas, fotografiadas, registradas y sus nombres incluidos en listas. Todos estos crímenes se cometen bajo la mirada complaciente de los organismos encargados de hacer justicia.

Adoctrinamiento del odio:

Una de las preferidas por los comunistas. Se tapizan las ciudades de carteles gigantes con fotos del usurpador, se distribuyen los mandamientos del gobierno, se crean círculos comunitarios que difundan los preceptos del partido, se coloca personal del gobierno en escuelas, universidades e iglesias para garantizar que profesores, autoridades educativas y eclesiásticas se rijan por las directrices del opresor. Se utilizan niños en actos políticos para dar testimonio de la “santidad” del dictador y de su proyecto político. Finalmente, se fomenta a que toda idea o persona, fuera de la doctrina enseñada, sea odiada, perseguida y destruida.

Deshumanización:

Esto consiste en despojar al opositor de su condición de ser humano. Inicia sustituyendo el nombre propio de los adversarios por epítetos descalificativos. Usted ya no es usted, ahora es un oposicionista, un periodista ahora es un terrorista, un dirigente de oposición es un espía internacional vende patria, un dueño de medios de comunicación es un golpista, un sacerdote es un diablo vestido de sotana, un estudiante es un ricachón descontento, un ama de casa disidente es una oligarca, un sindicalista es un conspirador y así por el estilo. La idea de este acto criminal es llegar al punto de no aceptar la existencia del otro.

Por lo general, la guerra psicológica se utiliza en contra de ejércitos enemigos buscando provocar miedo. Increíblemente, algunos gobiernos inmorales utilizan este recurso bélico en contra de su propio pueblo, lo que consideramos uno de los salvajismos más característicos de las dictaduras. Gobernar un país no es lo mismo que pelear una guerra. Un gobernante que administre este tipo de opresiones es un individuo sin escrúpulos que merece ser castigado con todo el peso de la ley, ya que esto es emplear tácticas de guerra en contra de civiles desarmados e inocentes.

El objeto de la guerra psicológica es enviar a los opositores mensajes ulteriores, que aunque son recibidos de diferentes formas conscientemente, en el inconsciente se interpretan más o menos así: “Yo sé todo lo que haces y estoy armado con herramientas de alto poder destructivo, las cuales voy a utilizar en tu contra si no me obedeces. Yo te controlo, tú no eres nada frente a mi”. Esto es violencia y usar armas de guerra con fines criminales.

Estas prácticas son consideradas en los países desarrollados como acciones inmorales, ilegales y exageradas de los gobiernos para imponerse sobre la población. De hecho, en países como Estados Unidos los organismos de defensa del Estado tienen expresamente prohibido por la ley utilizar estrategias de guerra psicológica en contra de la población civil, porque se sabe de sus nefastas consecuencias y se entiende que es una práctica antidemocrática.

Estas continuas agresiones a la mente tienen un alto impacto psicológico, capaz de causar problemas o desórdenes psiquiátricos de por vida en quienes las padecen. Según estudios recientes (de Jong, Scholte, Koeter, y Hart, 2000), las personas que han sido víctimas de estas estrategias de guerra psicológica son mucho más propensas a sufrir de Depresión y Desorden de Stress Post Traumático, a vivir menos, a ser pesimistas y a sufrir más de enfermedades graves.

Aquellos políticos que estén desesperados por retener el cargo, deben saber que en democracia es obligatorio alternar el poder. Además, existen formas lícitas y democráticas de recuperar el apoyo popular. Pero, utilizar armas de guerra contra el pueblo es la vía más segura para que un gobernante termine exilado, víctima del odio que originó, o sentenciado por la historia y la justicia por haber cometido crímenes contra la humanidad.

martes, 3 de julio de 2007

La diplomacia entreguista

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

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Existe una forma de hacer política exterior que la cultura latinoamericana ha denominado “entreguismo”, para referirse a gobiernos que se comportan con exagerada generosidad hacia el exterior. Los gobiernos entreguistas utilizan los recursos de la nación en busca de tres objetivos: Primero, enriquecer al gobernante y a su grupo más cercano de colaboradores. Segundo, mantener en el poder al gobierno por la mayor cantidad de tiempo posible. Y tercero, garantizar la supremacía de las potencias mundiales y sus corporaciones al “entregarles” todo lo que pidan a cambio de sus favores.

Muchas veces este tipo de política confunde a los ciudadanos y los hace pensar que el gobernante es una persona despilfarradora, sin entendimiento o muy generosa con los extranjeros. Pero no se dan cuenta de que tras bastidores se gestan negocios multimillonarios, donde todos ganan, menos el país al que se decide saquear.

A continuación explicamos los tres principios del entreguismo:

Enriquecer al gobernante:

Para este objetivo, se necesitan aliados internacionales que gocen de mala reputación o carezcan de escrúpulos morales. Estos aliados pueden ser gobiernos extranjeros o grupos empresariales, los cuales harán las veces de vendedores de algún bien o servicio que el gobernante, practicante del entreguismo, demandará.

A continuación, los entreguistas proceden a falsificar o explotar necesidades ante la opinión pública nacional. Comienzan los discursos sobre guerras por venir, ayudas solidarias e inversiones supuestamente estratégicas en otros países. La mesa queda servida para pedidos o ayudas multimillonarias. Luego viene la fase de facturación, en donde se cometen los crímenes más graves contra el tesoro nacional.

Este primer punto puede ser graficado con un ejemplo que ha sucedido miles de veces en nuestras naciones: Un gobierno antidemocrático inicia una campaña de desprestigio en contra de sus vecinos, como consecuencia, los vecinos responden con declaraciones públicas a estas acusaciones. Estas respuestas son tomadas intencionalmente como agresiones hacia la patria. El dictador se pone a la defensiva e inicia una campaña nacional acerca de la necesidad de compra de armamento para defender al país de sus vecinos.

Los pedidos de armas son realizados a los cómplices internacionales. La factura se infla groseramente (todo tiene que parecer una compra institucional de armamento) Los cómplices extranjeros toman su cuota inflada de la factura y dan el resto al autócrata, quien deposita sus ganancias en sus cuentas personales del exterior. Las armas casi nunca son usadas, se almacenan en depósitos o son revendidas nuevamente en otros actos de corrupción.

Mantenimiento del régimen en el poder:

Para el dictador, sus cómplices internacionales son socios comerciales y también socios políticos, a quienes les interesa que el gobierno entreguista se quede en el poder por décadas, de modo tal que los negocios nunca acaben. Ellos defenderán a su socio en organismos multilaterales como la ONU, harán proselitismo en todos los lugares del mundo que puedan y hasta participarán en la política nacional del país gobernado por el entreguista, descalificando, agrediendo o exterminando a su oposición.

Un caso muy ilustrativo y grotesco de esto es el de Juan Vicente Gomez aquí en Venezuela, quien pactó con extranjeros la entrega de recursos venezolanos (petróleo y minas especialmente) a cambio de apoyo político internacional para su dictadura.

Hay que aclarar que los cómplices de este tipo de crímenes no vienen únicamente del norte del globo terráqueo, como algunos han hecho creer. También hay oportunistas aquí muy cerca que saben hablar español, portugués u otros idiomas, y se aprovechan de los gobiernos entreguistas.

Garantizar la supremacía de las potencias mundiales:

Durante y una vez que finaliza el régimen corrupto, todo el dinero es depositado en los bancos extranjeros, para financiar el desarrollo de los países más ricos del mundo. Las empresas que participaron del botín son ahora más grandes y competitivas, abren más sucursales, expanden sus inversiones y benefician a más trabajadores extranjeros. Todo el bienestar que debería haber florecido en el país estafado, se muda a otras latitudes.

Al final, lo que queda de todo el saqueo son dictadores multimillonarios, empresas que hicieron grandes negocios (privilegiadas a dedo por las comisiones que pagaron) potencias mundiales cada vez más poderosas y países anclados en el atraso gracias al egoísmo de sus líderes.

Este tipo de diplomacia es practicable únicamente en dictaduras o democracias con instituciones débiles (sin importar su ideología) donde el gobierno no tiene ninguna supervisión. En donde la política exterior y los caprichos del gobernante son lo mismo, y donde los intereses personales de quienes integran el gobierno están por encima de los intereses del Estado.