martes, 3 de julio de 2007

La diplomacia entreguista

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

Existe una forma de hacer política exterior que la cultura latinoamericana ha denominado “entreguismo”, para referirse a gobiernos que se comportan con exagerada generosidad hacia el exterior. Los gobiernos entreguistas utilizan los recursos de la nación en busca de tres objetivos: Primero, enriquecer al gobernante y a su grupo más cercano de colaboradores. Segundo, mantener en el poder al gobierno por la mayor cantidad de tiempo posible. Y tercero, garantizar la supremacía de las potencias mundiales y sus corporaciones al “entregarles” todo lo que pidan a cambio de sus favores.

Muchas veces este tipo de política confunde a los ciudadanos y los hace pensar que el gobernante es una persona despilfarradora, sin entendimiento o muy generosa con los extranjeros. Pero no se dan cuenta de que tras bastidores se gestan negocios multimillonarios, donde todos ganan, menos el país al que se decide saquear.

A continuación explicamos los tres principios del entreguismo:

Enriquecer al gobernante:

Para este objetivo, se necesitan aliados internacionales que gocen de mala reputación o carezcan de escrúpulos morales. Estos aliados pueden ser gobiernos extranjeros o grupos empresariales, los cuales harán las veces de vendedores de algún bien o servicio que el gobernante, practicante del entreguismo, demandará.

A continuación, los entreguistas proceden a falsificar o explotar necesidades ante la opinión pública nacional. Comienzan los discursos sobre guerras por venir, ayudas solidarias e inversiones supuestamente estratégicas en otros países. La mesa queda servida para pedidos o ayudas multimillonarias. Luego viene la fase de facturación, en donde se cometen los crímenes más graves contra el tesoro nacional.

Este primer punto puede ser graficado con un ejemplo que ha sucedido miles de veces en nuestras naciones: Un gobierno antidemocrático inicia una campaña de desprestigio en contra de sus vecinos, como consecuencia, los vecinos responden con declaraciones públicas a estas acusaciones. Estas respuestas son tomadas intencionalmente como agresiones hacia la patria. El dictador se pone a la defensiva e inicia una campaña nacional acerca de la necesidad de compra de armamento para defender al país de sus vecinos.

Los pedidos de armas son realizados a los cómplices internacionales. La factura se infla groseramente (todo tiene que parecer una compra institucional de armamento) Los cómplices extranjeros toman su cuota inflada de la factura y dan el resto al autócrata, quien deposita sus ganancias en sus cuentas personales del exterior. Las armas casi nunca son usadas, se almacenan en depósitos o son revendidas nuevamente en otros actos de corrupción.

Mantenimiento del régimen en el poder:

Para el dictador, sus cómplices internacionales son socios comerciales y también socios políticos, a quienes les interesa que el gobierno entreguista se quede en el poder por décadas, de modo tal que los negocios nunca acaben. Ellos defenderán a su socio en organismos multilaterales como la ONU, harán proselitismo en todos los lugares del mundo que puedan y hasta participarán en la política nacional del país gobernado por el entreguista, descalificando, agrediendo o exterminando a su oposición.

Un caso muy ilustrativo y grotesco de esto es el de Juan Vicente Gomez aquí en Venezuela, quien pactó con extranjeros la entrega de recursos venezolanos (petróleo y minas especialmente) a cambio de apoyo político internacional para su dictadura.

Hay que aclarar que los cómplices de este tipo de crímenes no vienen únicamente del norte del globo terráqueo, como algunos han hecho creer. También hay oportunistas aquí muy cerca que saben hablar español, portugués u otros idiomas, y se aprovechan de los gobiernos entreguistas.

Garantizar la supremacía de las potencias mundiales:

Durante y una vez que finaliza el régimen corrupto, todo el dinero es depositado en los bancos extranjeros, para financiar el desarrollo de los países más ricos del mundo. Las empresas que participaron del botín son ahora más grandes y competitivas, abren más sucursales, expanden sus inversiones y benefician a más trabajadores extranjeros. Todo el bienestar que debería haber florecido en el país estafado, se muda a otras latitudes.

Al final, lo que queda de todo el saqueo son dictadores multimillonarios, empresas que hicieron grandes negocios (privilegiadas a dedo por las comisiones que pagaron) potencias mundiales cada vez más poderosas y países anclados en el atraso gracias al egoísmo de sus líderes.

Este tipo de diplomacia es practicable únicamente en dictaduras o democracias con instituciones débiles (sin importar su ideología) donde el gobierno no tiene ninguna supervisión. En donde la política exterior y los caprichos del gobernante son lo mismo, y donde los intereses personales de quienes integran el gobierno están por encima de los intereses del Estado.

1 comentario:

  1. Soy colombiana y totalmente de acuerdo con ustedes, desgraciadamente mi país va para dictadura, estamos en un pais mediático y la libertad de prensa aunque muchos no sepan, no existe todo se maneja con hilos invisibles.
    xq.

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