jueves, 19 de julio de 2007

¿Seguiremos el camino de Irán en materia petrolera?

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

Mahmoud Ahmadinejad es el líder extremista de Irán. Él ha convertido el enriquecimiento de uranio en una de las prioridades de esa nación y esto ha causado mucho escándalo en las potencias del mundo.

Sin embargo, la principal amenaza que tiene Irán no es externa sino interna. Cuando Ahmadinejad llegó al poder, lo hizo prometiendo elevar la calidad de vida de los iraníes y repartir la riqueza petrolera entre el pueblo. Pero sus resultados son muy pobres, lo que ha generado gran descontento en la población.

La medida más impopular de Ahmadinejad fue el racionamiento de combustible, recientemente anunciado. Muchos iraníes se sintieron defraudados, hubo violentos enfrentamientos en las calles contra la policía y varias estaciones de gasolina fueron incendiadas por los manifestantes.

Usted se estará preguntando ¿cómo es que un país que es el segundo exportador más importante de crudo en la OPEP tiene que racionar combustible? Eso es exactamente lo que molesta al pueblo iraní y es lo que pone una espada de Damocles en el corazón del régimen.

Necesidad de dinero y tecnología

Ahmadinejad es un político con muy mala reputación internacional, con todas las amenazas constantes a Israel y a los Estados Unidos, lo único que ha logrado es crear un clima de intranquilidad e inseguridad jurídica que espanta la inversión en el sector petrolero. Las empresas energéticas del mundo sospechan del respaldo que pueda tener su dinero, invertido bajo un gobierno de semejantes características.

El Estado iraní no tiene la potencia financiera ni tecnológica de hacer la inversión necesaria para que la capacidad de refinación se mantenga, de ahí que cada año la producción disminuya, golpeando el abastecimiento interno de combustible. Esto ha obligado a Irán a importar el 40% de la gasolina que consume y, como la gasolina es subsidiada por el gobierno para mantener su bajo costo, se ven forzados a racionarla.

Esa capacidad financiera y tecnológica que necesita el gobierno para recuperar su infraestructura podría ser suministrada por el sector privado internacional o por los organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial. Pero los malos políticos ponen siempre sus caprichos y su ideología por encima de los intereses de la Nación y de los ciudadanos.

Insistir en el error

Con este panorama interno, Ahmadinejad insiste en retar a la ONU y a las potencias occidentales, lo que dificulta más la recuperación. Esta actitud le va a traer más restricciones económicas internacionales a Irán, lo que va a causar cada vez más racionamiento de combustible, menos dinero para las demás funciones de gobierno y más descontento popular.

Lección para Venezuela

Lamentablemente, hay gente que no sabe aprender de los errores de los demás e insisten en cometerlos ellos mismos. El gobierno venezolano está siguiendo el mismo sendero iraní en materia petrolera: relaciones problemáticas con la comunidad internacional -lo que perturba el clima de inversión- y expulsión de las petroleras internacionales que poseen el dinero y la tecnología para explotar nuestro petróleo. Los resultados lógicamente también son parecidos, Venezuela ha estado produciendo menos petróleo desde entonces y va a producir todavía menos, mientras se sigan cometiendo los errores ya mencionados.

Ayer, en una interpelación ante la Asamblea Nacional, un alto directivo de PDVSA reconoció que sin las petroleras internacionales, Venezuela no podría mantener su producción actual.

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