miércoles, 25 de julio de 2007

Nacionalización de niños en el Comunismo

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

Como doctrina totalitaria, el socialismo considera que todas las actividades del ser humano, privadas o públicas, deben ser controladas con el fin de ser aprovechadas para el proyecto comunista internacional.

Una de las áreas clave a controlar, es la propiedad privada, la cual es confiscada en procesos que ellos denominan “nacionalizaciones”. Mecanismos que supuestamente, permitirán que las empresas trabajen por el bien común.

Seguramente usted está acostumbrado a escuchar sobre nacionalizaciones o estatizaciones de empresas para ser administradas por el gobierno. Sin embargo, una de las intromisiones más aterradoras, pero menos conocida del comunismo, es otro tipo de estatización, la cual es denominada por los socialistas como “nacionalización de niños”. Este proceso consiste en adoctrinar las mentes infantiles y lavarles el cerebro con la doctrina comunista, para convertirlos en militantes fanáticos de la revolución socialista, utilizando la manipulación de siempre: “hacemos esto por el interés colectivo”.

En 1918, luego de la Revolución Bolchevique de Rusia, en un congreso sobre educación del Partido Comunista se estableció:

“Debemos convertir a la nueva generación de jóvenes en una generación de comunistas. Debemos transformar a los niños, quienes pueden ser moldeados como la cera, en comunistas verdaderos y buenos (…) Debemos remover a los niños de la cruda influencia de sus familias. Debemos tomarlos y, para hablar francamente, debemos nacionalizarlos. Desde los primeros días de sus vidas deben estar bajo la saludable influencia de niñeras y maestros comunistas. Así crecerán para ser comunistas verdaderos.” (Sheldon, 1994)

Además, en uno de los principales libros para maestros usados en la Unión Soviética se ordenaba:

“La educación es una herramienta pública vital y está dirigida al fortalecimiento del Estado socialista (…) Debemos desarrollar en cada niño un sentimiento de orgullo por pertenecer a la clase revolucionaria, y a su vanguardia, el Partido Comunista (…) Debemos decirle a cada niño lo grande que son nuestros líderes Lenin, Stalin y sus compañeros de armas. Nuestros jóvenes deben recibir adiestramiento militar para la defensa de nuestra patria socialista. El trabajo global de la escuela debe ser dirigido hacia la educación de los niños en la moral comunista. La escuela debe cultivar en ellos los hábitos de conducta comunista (…) Nuestro deber en la escuela no es la educación de niños individuales, sino la educación de un colectivo y la educación de cada niño en el espíritu del colectivismo (…) Los niños deben ir a las escuelas para saber que los intereses de la gente son inseparables de los intereses del gobierno (…) Debemos crear en los niños un orgullo natural por una Patria Socialista, un Partido Comunista y un líder mundial que es nuestro Camarada Stalin (…) Un estado general de disciplina es una de las partes orgánicas de la moral comunista (…) La sumisión total a la voluntad del líder es un necesario y esencial símbolo de disciplina. Si el líder da una orden, la misma debe cumplirse absolutamente”. (Sheldon, 1994)

Para los comunistas, el fin de las escuelas públicas no es educar a los niños sino adoctrinarlos con propaganda marxista. En todos los países donde se han establecido regímenes socialistas, el adoctrinamiento y la limitación de la Patria Potestad, han sido las dos herramientas empleadas para poner a los niños al servicio del socialismo, o dicho de otro modo, al servicio del dictador.

Referencias Bibliográficas:

- Richman, Sheldon. (1994) Separating School & State: How to Liberate America's Families. New York, Future of Freedom Foundation.

1 comentario:

  1. Considero interesante mencionar una sutileza de la estrategia comunista. Ellos no utilizan la palabra adoctrinamiento, ni autoritarismo en sus líneas de acción político. Por supuesto que como dicen los morochos, al final y al cabo viene es haciendo eso; no obstante ellos hacen uso del concepto de superestructura, conciencia de clase y alienación (conceptos clásicos del marxismo) para catalogar como alienado por la estructura capitalista burguesa todo aquello que no convenga a sus intereses. Al final y al cabo terminan adoctrinando, pero hacen uso de frases "más sutiles" para esconder la verdad. Lo que más lamento es que muchos de quienes dirigen las corrientes de izquierda se creen lo de la alienación. Creo que sería mucho más respetable, intelectualmente hablando, alguien que asumiera el uso interesado del término para asumir sin engaños su objetivo real: el control del poder a cualquier costo. La ideología se usa interesadamente.

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