viernes, 24 de mayo de 2013

¿Capriles por tercera vez?

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Imaginemos que pasan 6 años en la Venezuela que hoy gobierna Nicolás Maduro, y supongamos por un momento que otra vez Henrique Capriles Radonski es el candidato presidencial opositor...

Si otra vez nos anunciaran un resultado desfavorable, ¿recorreríamos nuevamente la misma historia? ¿Capriles nos diría otra vez que nos robaron las elecciones?, ¿otra vez impugnaríamos ante el TSJ?, ¿nuevamente cambiaríamos varias veces la reacción ante el "fraude" en menos de un mes?, ¿otra vez invocaríamos la Carta Democrática de la OEA y el buen corazón de la comunidad internacional?, ¿de nuevo nos dirán que el presidente es ilegítimo pero que lo reconocen "mientras tanto"?

Quienes no comulgamos con el Psuv, y estamos fuera de cualquier pacto de élites, hagámonos estas preguntas, porque, al ritmo que llevamos, lo más probable es que el "mientras tanto" de Maduro se lleve los 6 años, en ese lapso nos echen mil cuentos para tratar de convencernos de que Maduro "se cae en cualquier momento", y así lleguemos a las elecciones presidenciales de 2019 con la promesa de que la tercera vez de Capriles será diferente.

Los opositores siempre nos quejamos de cómo las bases chavistas y maduristas admiran a líderes atornillados que no entregan resultados concretos, pues véase en ese espejo, estimado lector, porque en la MUD como que estamos haciendo lo mismo.


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jueves, 16 de mayo de 2013

Esperanza de vida del gobierno de Maduro

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Después de todo lo ocurrido tras las elecciones del 14 de abril de 2013, la esperanza que mantienen muchos opositores se basa en la aparente fragilidad del gobierno de Nicolás Maduro. "Maduro no termina, ni siquiera llega a tal fecha" es la idea que da contenido a las tertulias políticas de los simpatizantes de la MUD en restaurantes, hogares y redes sociales.

Aunque tal creencia tiene aceptación general y amplia difusión en los medios de comunicación, en nuestra opinión, entre los factores de los que dependerá la estabilidad del recién inaugurado presidente, resalta, en primer lugar, la calidad de su liderazgo. Maduro no es Chávez, no tiene su carisma y perdió mucho del terreno electoral que le heredó "el comandante", pero ha sido capaz de mantener cohesionado al partido de gobierno y a los aliados, se ha sentado a buscar acuerdos con los sectores productivos del país (lo que nunca quiso hacer Chávez), y además supo manejar hábilmente a los gobiernos del exterior -de algo le sirvieron los años que fue Canciller- para que reconocieran de manera expedita su cerrada victoria sobre el candidato de la MUD.

Un segundo elemento a considerar sobre la permanencia en el poder de Maduro está en el calibre de la dirigencia opositora. Capriles ha sido el candidato dos veces para la presidencia, y pareciera que ya lo están perfilando para una tercera oportunidad. Esto implica la debilidad de la MUD en generar otras opciones presidenciales, a pesar de estar integrada por tantos partidos políticos, y a la vez va en contra de la práctica que se viene afianzando en las más importantes organizaciones democráticas de las diferentes latitudes del mundo: candidato presidencial derrotado, candidato que no repite, no importa si dice que le robaron las elecciones (como el caso de Al Gore en EEUU). Esto con el propósito de renovar las caras, los mensajes y las estrategias de campaña.

Incluiríamos, por último, el asunto económico. Mientras el petróleo continúe cotizando a niveles tan elevados, el gobierno podrá financiar el gasto en misiones y demás mecanismos de clientelismo político.

Un Nicolás Maduro que todavía no enfrenta problemas de liderazgo, y que arrancó su gobierno estableciendo acuerdos con el sector privado; una oposición que insiste con un candidato que fracasó "portándose bien y portándose mal"; y un petróleo que cotiza por encima de $80, nos hacen pensar que lo más probable es que Maduro, aunque enfrente dificultades, llegue hasta el final de su mandato como presidente.


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miércoles, 15 de mayo de 2013

Los cuentos de la Carta Democrática y los G.I. Joe

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

En la crisis de Honduras, en 2009, cuando Manuel Zelaya fue sacado del poder, la OEA y parte importante de la comunidad internacional tomaron un rol muy activo ante lo que consideraban una deposición irregular del presidente. Sin embargo, luego de todo el ruido diplomático y mediático, al final se terminó haciendo lo que los factores internos de Honduras determinaron.

En la crisis de Paraguay, en 2012, cuando Fernando Lugo fue destituido de la presidencia por el poder legislativo, la OEA, el Mercosur y parte importante de la comunidad internacional también se involucraron activamente ante lo que parecía ser un evento confuso, constitucionalmente. No obstante, después de todo el revuelo en el mundo diplomático y los medios de comunicación, todo se decidió con base en las variables nacionales.

Imaginar a los G.I. Joe descendiendo en paracaídas sobre Miraflores no es más que una falsa expectativa que nos aleja de resultados satisfactorios. Los pronunciamientos de cancillerías tampoco tienden a ser decisivos en estas circunstancias. Los factores internos son generalmente mucho más determinantes que los externos durante las crisis políticas. Los 50 años que tiene Cuba esperando por los guardianes internacionales de la democracia, deberían enseñarnos algo.

Venezuela necesita una solución política que se aleje del radicalismo y de la fantasía.


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martes, 7 de mayo de 2013

¿Por qué un Chávez no heredó a Chávez?

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

El poder se hereda a miembros de la familia en muchos regímenes personalistas. El ejemplo cubano o argentino de Fidel traspasándole el poder a su hermano Raúl, y Cristina sucediendo a Néstor, debería de haberle marcado el camino al fallecido Presidente Hugo Chávez Frías.

El comandante del socialismo del siglo XXI también tenía un cercano familiar a quien encargarle la continuación de su proyecto político, su hermano Adán, quien, por donde lo veamos, estaba mejor calificado que Maduro para heredar el estandarte de "líder de la Revolución". Adán es más inteligente, sensato, es académico, profesor de la Universidad de los Andes, también le gusta la política, ha sido gobernador, ministro, embajador, y tal vez lo más importante, por ser un pariente directo, hubiera sido más fácil de digerir para los chavistas como sucesor del caído comandante, pues era muy cercano a él, y hasta físicamente se parecían.

Desde el momento en que Hugo Chávez sabía que su enfermedad le obligaría a ceder el cargo a un sucesor, casi que lo obvio hubiera sido que pensara en Adán. De hecho, el día del funeral, frente al féretro, Adán le decía a su fallecido hermano con mucho dolor, "¡yo lo llevo, Hugo!", refiriéndose a lo que habían hablado muchas veces respecto a que si uno de los dos caía en la lucha, el otro llevaría el "morral" que ella representaba.

Con eso en mente, para Adán debe haber sido duro recibir la noticia de que su hermano, Hugo, había decidido entregarle el "morral" a Nicolás Maduro. Hasta sería humano pensar que, en lo más intimo de su ser, se sienta menospreciado por su querido pariente.

La "revolución bolivariana" continúa pero sin un Chávez al frente. Ni siquiera hay uno que pese dentro del centro de toma de decisiones que ahora conforman Maduro, los Castro y Cabello. Inclusive, recién instalado Maduro, el hermano menor del fallecido presidente renunció, o lo renunciaron, del cargo que tenía de director de la Corporación Eléctrica Nacional de Venezuela.

Si Chávez hubiera querido que su gente quedara al mando del proyecto político, habría dispuesto lo que Fidel y Néstor, y nadie pudiera haber hecho algo para evitarlo, de manera que pareciera que él no deseaba que ningún miembro de su familia le heredara políticamente, la pregunta es, ¿por qué?


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