José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
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Chávez trae un conjunto de estrategias electorales para enfrentar las elecciones presidenciales de 2012. De ellas, el supuesto "cáncer" que fugazmente el Teniente Coronel habría vencido encabeza el repertorio que exhibe el gobierno venezolano antes de la contienda, platillo que nos pretenden servir con varios ajustes a la desgastada imagen del líder de la Revolución Bolivariana.
A diferencia de la mayoría de los analistas y periodistas, nosotros nunca hemos creído que el Presidente Chávez padezca algún cáncer, así lo hemos asentado en otras publicaciones de esta página y en entrevistas a medios internacionales, y así lo sostendremos hasta que una junta médica venezolana, no politizada, certifique lo contrario. No nos van a convencer con poner al presidente sin cabello por un supuesto tratamiento de quimioterapia, porque eso puede ser parte del show, ni con hacerlo ingerir pastillas por televisión, ni con bajarlo de peso y demacrarlo, porque eso también puede ser parte del espectáculo; de hecho, se sabe del uso de este tipo de artimañas desde hace mucho en las ciencias teatrales. Repetimos, sólo creeremos en la evaluación objetiva de una junta médica venezolana, no politizada.
A nuestro parecer, quienes han decidido creer la versión del gobierno le están dando buena fe a por lo menos la cuarta verdad oficial que se ha dado respecto a la desaparición del mandatario venezolano semanas atrás. Nosotros todavía sospechamos que todo el tema del cáncer de Chávez se trata de una gran parafernalia electoral con el objetivo de suavizarle la imagen al presidente, y de ayudarlo a concentrar todas sus apariciones públicas en dicha materia, en lugar de responderle a los venezolanos por la falta de vivienda, la inseguridad y los escándalos de su gobierno.
A Chávez le ha sido mucho más fácil salir en televisión hablando de las quimioterapias, y de su milagrosa recuperación, que de la crisis penitenciaria o del fracaso de sus políticas en solventar las necesidades del pueblo. Sorprende cómo el presidente ha tenido tiempo de hacer ejercicios con los militares y dar largos discursos acerca de muchas cosas, pero no ha tenido siquiera unas palabras para los familiares de las victimas de la masacre de El Rodeo. "Ya va que me duele aquí", "me voy unas semanas porque me toca el tratamiento, dejo encargado de eso al vicepresidente", serán las respuestas que tendremos que calarnos de nuestro Jefe de Estado cada vez que aparezcan dificultades políticas que él sospeche pudieran perjudicarlo para las elecciones de 2012.
El Presidente Chávez, además, ha aprovechado la confusión y el revuelo de la noticia de su supuesto cáncer para reformular varios aspectos de la imagen de su gobierno que tienen gran rechazo en la población. Ya el eslogan de la gestión chavista no será "Patria, socialismo o muerte", como lo fue durante años, lo modificarán por "¡Independencia y Patria Socialista! ¡Viviremos y Venceremos!". Del mismo modo, la exagerada presencia del color rojo y la palabra "socialista" serán aminoradas en el discurso y la propaganda del gobierno, por órdenes de Chávez, y hasta se ha tenido misericordia con algunos presos políticos enfermos. A nuestro juicio, estos movimientos no tienen nada que ver con que Chávez le tenga miedo a la muerte a causa del cáncer, como se ha creído en muchos sectores, sino con el objetivo de desligar al régimen de mensajes extremistas o negativos.
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