jueves, 31 de mayo de 2012

Encuestas para presidenciales en México

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Habrá elecciones presidenciales en México el próximo 1 de julio, comicios que decidirán si esta importante nación latinoamericana continúa bajo el mandato del Partido de Acción Nacional, una organización de centro-derecha que ostenta la primera magistratura desde el año 2000, o si le da la oportunidad a las otras opciones que se presentan.

Según los más recientes sondeos, el candidato con mayor chance de ganar la elección es el del PRI, Enrique Peña Nieto, gozando con alrededor de un 36% de intención de voto. A él le seguiría Andrés Manuel López Obrador, del PRD, con cerca de un 30%. Luego estarían Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN, con casi 25%, y Gabriel Quadri de la Torre, de Nueva Alianza, con menos de 10%.

Las cifras indicarían que la elección va a estar entre los aspirantes de los partidos socialdemócratas, el PRI y el PRD, aunque el primero lleva la ventaja. El discurso de López Obrador es más radical y tiene más inclinación hacia la izquierda dura, lo que podría explicar, entre otros factores, por qué el competidor del PRI, quien es más centrado, aventaja al mencionado candidato.

En nuestra opinión, a México le vendría bien que se consumara la victoria de Peña Nieto, no porque sea un redentor, sino porque el PAN ya tiene un buen tiempo en el cargo y para la democracia es saludable que cambie el partido de gobierno. Además, hace falta un cambio de rumbo al tratamiento que se le viene dando al problema del narcotráfico y la violencia en México, y Peña Nieto es el único de los candidatos que ha presentado una buena propuesta al respecto, ya que López Obrador casi ni se ha referido al tema, Vázquez Mota ofrece seguir las políticas existentes en esta materia y Quadri de la Torre coquetea con legalizar las drogas.


Artículos relacionados:

sábado, 26 de mayo de 2012

El PSUV, ¿un partido comunista?

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

El 25 de abril de 2010, el Partido Socialista Unido de Venezuela aprobó en su llamado "Libro Rojo" los principios generales profesados por la organización que encabeza el Presidente Chávez. Lo bueno de este documento es que ayuda a aclararle las ideas a quienes todavía debaten el tipo de socialismo que aspira instalar el chavismo en nuestro país.

Hay quienes, por ejemplo, dicen que Chávez habla de un modelo nuevo que no es marxista ni se parece al cubano. Otros, contando a los mismos chavistas, se confunden pensando que el socialismo del PSUV no tiene relación con las dictaduras comunistas que se constituyeron en Europa del Este y Asia. Y hay quienes inclusive llegan a pensar que el socialismo de Chávez está ligado a los sistemas políticos de Francia, Alemania y los países escandinavos.

Más de una década de gobierno le indican a cualquiera la influencia que el modelo comunista tiene en Chávez y sus ayudantes, pero como dijimos, a estas alturas hay gente que se confunde y no termina de entender hacia dónde nos dirigen los chavistas. Afortunadamente, muchas veces los políticos se parecen a los villanos de ficción en que dejan claro, y por escrito, buena parte de lo que planean.

El libro Rojo del PSUV establece en sus principios generales que el partido de Chávez se declara Socialista y Marxista (puntos 3 y 4), y dice en su página 46 que los militantes de estas organización deben asumir la máxima del Che Guevara, "la revolución se lleva en el corazón para morir por ella", frase que, demás está decir, debería ser escalofriante para quienes tienen hijos militando en ese partido, pero ése es otro asunto... Lo importante es que el PSUV llama a inmolarse por el proyecto político de Chávez apelando al más famoso comunista de América Latina, el Che Guevara, y hace expresa su identidad socialista y marxista.

Que el PSUV se declare marxista le identifica de inmediato con el comunismo, porque está afiliándose a una doctrina político-económica muy bien definida que se basa en las ideas de Karl Marx. Esa ideología cree en la lucha de clases, la abolición de la propiedad privada, y el establecimiento de una dictadura indefinida que guíe la transición hacia la sociedad comunista.


Artículos relacionados:

viernes, 18 de mayo de 2012

Chávez y la Williams F1

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

La revolución chavista, en Venezuela, presume de ser un movimiento político anticapitalista, nacionalista y amigo de los pobres, pero cuando se trata de promover el deporte, Chávez utiliza el dinero de la principal empresa estatal venezolana (PDVSA) para financiar una actividad que no se lleva nada bien con las ideas de los pensadores socialistas.

Elitismo euro-centrista
Contrario a lo que se podría creer en el PSUV, la Fórmula 1 no es el deporte de los barrios venezolanos, ni como práctica ni como afición. La Fórmula 1 es un deporte manejado por las firmas más pesadas del capitalismo automotriz internacional. Sus espectadores más fanáticos son comúnmente personas que pagan costosas entradas para ver desde las gradas, aunque otros prefieren los palcos VIP, donde la perspectiva es mucho mejor y se sirven comidas gourmet acompañadas de exclusivos licores, como la champaña Moët et Chandon en la que se baña al final el ganador de la carrera. Además, el público típico de este deporte habla por lo general lenguas europeas, sin los pintorescos modismos lingüísticos de las barriadas caraqueñas.

Sin embargo, no solamente encontraremos contradicciones demográficas si comparamos la Fórmula 1 con un Estado como Venezuela. La infraestructura y la marca también van por la misma tónica. En el país donde nació Chávez no hay pistas acreditadas para el circuito internacional de la F1, ni siquiera una simple "pista de pruebas" ha sido reconocida en Venezuela por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).

La Fórmula 1 se desarrolla en la exquisitez de San Marino, Mónaco, Luxemburgo y los países ricos que todos conocen, lugares donde ni saben, ni les interesa, cómo vive la gente en Catia, el 23 de enero, Petare o las demás zonas pobres de Venezuela que dicen representar los chavistas.

No hay pistas de la F1 en los países de África central ni en ningún país pobre. La mayoría de los miembros de la FIA son europeos en todo el sentido de la palabra, y absolutamente todos los presidentes de esta organización han sido del mismo continente, jamás un latinoamericano.

La firma que escogió financiar Chávez está registrada formalmente como "Williams Grand Prix Engineering Limited", comercialmente conocida como Williams F1. Ésta es una escudería fundada y operada en el Reino Unido. Aunque el chavismo diga lo contrario, no hay indígenas venezolanos en la junta directiva de Williams, ni entre los accionistas principales, ni en los ingenieros. De hecho, no hay venezolanos por allí. Al parecer en Grove, Oxfordshire, donde queda la base de Williams F1, el dinero de PDVSA sólo alcanzó para conversar sobre un piloto.

Capitalismo nobiliario
La F1 es una comercio como cualquier otro del capitalismo global, su fin último es ganar dinero. Williams F1, la escudería preferida por Chávez, es una rica compañía que cotiza en 6 bolsas de valores internacionales, bajo las reglas del sistema financiero cuestionado por el socialismo.

Para colmo, el presidente de esta famosa firma de la F1 es un inglés llamado Sir Francis Owen Garbatt Williams, un tipo que lleva con orgullo el menor de los títulos nobiliarios que otorga la corona británica, lo cual debería ser un símbolo muy negativo para un socialista venezolano que haya leído, pues esto quiere decir que la revolución chavista no sólo está respaldando al capitalismo con el patrocinio de la Williams F1, sino también a lo que queda del sistema nobiliario feudal, que, según Marx, era un nivel histórico más distante del socialismo.


Artículos relacionados:

martes, 8 de mayo de 2012

¿Desacelera la inflación en Venezuela?

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Los indicadores de inflación del mes de abril en Venezuela muestran que, por quinto mes consecutivo, este índice desacelera, lo que ha motivado que quienes dirigen la política económica nacional resalten "los excelentes resultados de la lucha contra la inflación realizada por el gobierno del Presidente Chávez".

De acuerdo a lo que explica el Ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, el índice de inflación viene marcando un paso cada vez más lento desde finales del año pasado, registrando 1,8% en diciembre de 2011, 1,5% en enero del presente año, 1,1% en febrero, 0,9% en marzo y 0,8% en abril. "Es importante destacar la tendencia hacia la baja. El país está en solidez económica", comentaba Giordani al respecto.

Lo que no nos dice el trío Chávez-Giordani-Merentes es que de nada vale que el índice de precios al consumidor decaiga unas décimas por cinco meses consecutivos, si mantiene su firme desarrollo hiperinflacionario. Eso si es solidez, Giordani, sólo que no económica, sino inflacionaria. 

Los tres principales responsables de la política económica venezolana tampoco mencionan que desde que comenzó el gobierno "revolucionario", en 1999, hemos debido soportar una de las mayores tasas de inflación del mundo. Tenemos más de una década viendo los precios de los bienes y servicios que consumimos subir de manera descontrolada, sin que los severos controles de precios y las nacionalizaciones hayan tenido ningún efecto.

Y el asunto no será diferente para 2012, a pesar de la corrección estacional de estos meses que celebra el gobierno, ya que las propias autoridades venezolanas esperan que el indicador de precios suba 23,8%.

A los venezolanos nos costarán los bienes una cuarta parte más, en promedio, para finales de año, y seguiremos en la lista de países con más alta inflación del planeta, por lo que no entendemos dónde están los "excelentes resultados" de los que habla el ejecutivo.

Mientras nosotros volveremos a sufrir altos índices de inflación en 2012, los estadounidenses, alemanes y españoles sólo verán los precios alterarse 1,9% para el mismo período, los brasileros 5,2%, los chilenos 3,8% y los colombianos 3,5%. En todo caso, el proceso hiperinflacionario en el que estamos los venezolanos todavía no desacelera estructuralmente, y no se ven síntomas que anuncien su superación. Seguimos estacionados a merced de un flagelo que, incluso países con menos recursos, ya han superado.


Artículos relacionados:

miércoles, 2 de mayo de 2012

Lo que no cuadra de las encuestas Chávez-Capriles

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Cada vez que hablamos con alguien sobre las encuestas en Venezuela, nos dicen lo mismo: "¿Cómo es posible que una persona que ha gobernado tan mal tenga todavía tales números?"

Y por supuesto que no es una pregunta descabellada. Se supone que los valores que arrojan los estudios de opinión descuentan muchas variables, mas, en el caso de Venezuela, a veces pareciera que las encuestas no se relacionan bien con el sentido común. Es como manejar un carro cuyo velocímetro marcara 100 km por hora, pero nuestros sentidos nos indicaran que el vehículo no tiene movimiento. Hay algo que no cuadra.

Sabemos las variables habituales que desconectan a la gente del chavismo: escándalos de corrupción, ineficiencia y la desgastada imagen de algunos dirigentes del PSUV. A eso sumemos los siguientes factores coyunturales:

Capriles acaba de ganar las primarias de la oposición, lo que le asegura el apoyo de todas las organizaciones que adversan el proyecto de Hugo Chávez, incluyendo el de los partidos y personalidades que no tenían candidato, sino que esperaron hasta que resultara un vencedor.

Chávez está ausente de las calles y de la publicidad. Sus apariciones ocurren dos o tres veces al mes por radio o TV, de resto sus comunicados son transmitidos por voceros, o por un pajarito estadounidense llamado Twitter. Los problemas de salud de Chávez y su capacidad de continuar en el poder, o sucederlo exitosamente, son una gran incógnita, lo que se traduce en una incertidumbre que no afecta al candidato opositor.

Las mismas encuestadoras que dicen que Chávez lleva como 20 puntos de ventaja, aseguran que el actual presidente venezolano tiene una aprobación de gestión que está por debajo del 50%. Así que tendríamos, para Chávez, 45% de aprobación, 60% de intención de voto, y 60% piensa que el jefe del PSUV no debería aspirar un tercer mandato, tres valores que reflejan actitudes teóricamente contradictorias.

Además, hablamos de un presidente que lleva casi 15 años gobernando un país democrático, en los cuales, según se ha estudiado, el pueblo tiende a cansarse de los líderes con el pasar del tiempo, por lo que el deseo de renovación es casi inevitable en las presidencias largas.

¿Nada de esto modifica la relación de fuerzas? Chávez, la oposición y Venezuela no son los mismos de 2006, ¿cómo es que tenemos números idénticos a los de esa época?


Artículos relacionados: