viernes, 25 de febrero de 2011

Gaddafi y los latinoamericanos de extrema izquierda

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
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Daniel Ortega fue el primero en salir en defensa de Gaddafi, apoyando moral y diplomáticamente la represión de este dictador. Después se asomó Fidel Castro, quien no sólo se conformó con un respaldo como el de Ortega, sino que además habría usado los recursos de Cuba, según el periodista Hugh Milesen, para enviar pilotos militares que bombardearan con aviones de guerra a los estudiantes que alzan sus voces en las calles libias.

Y luego de una espera relativamente larga, tratando de encontrar un momento mejor, habló Chávez, pero no pudo más que reafirmar el apoyo que sus camaradas de Cuba y Nicaragua habían hecho público antes que él.

Debido a la sanguinaria represión de la que han sido víctimas los manifestantes libios, Gaddafi ha perdido el apoyo de casi todo el mundo, incluyendo el de la Liga Árabe. Sin embargo, quienes en América Latina pronuncian la palabra pueblo todos los días, se quedan cortos cuando les llega la hora de hacer algo auténticamente democrático. Para los extremistas del izquierdismo radical latinoamericano, el amparo de una violenta revolución socialista está por encima de la defensa de los derechos humanos, a pesar del costo político que esta postura tendría en sus imágenes, y pese a ser un grupúsculo que contradice la opinión generalizada sobre la situación en Libia.


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martes, 22 de febrero de 2011

Castro: Abajo Mubarak, larga vida a Gaddafi

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
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La doble moral con la que Fidel Castro opina acerca de la política internacional debería llevarlo a considerar cambiar el nombre de su columna, colocando "Las contradicciones de Fidel Castro" en lugar de "Las reflexiones de Fidel Castro". Y es que el último escrito con el que el dictador antillano nos sorprende nos deja con un efecto parecido al de estar mareado, pues luego de tener semanas escribiendo contra el régimen autoritario de Mubarak en Egipto y de cómo las protestas de ese pueblo eran gloriosas expresiones de libertad, ahora nos sale con que el caso de Gaddafi es diferente.

En su columna "El plan de la OTAN es ocupar Libia", Castro retoma el viejo cuento del hambre de petróleo de Estados Unidos, con el que se han justificado más dictaduras de las que podemos imaginar, para explicarnos que lo que estaría detrás de las revueltas en Libia es la mano imperialista de la OTAN para hacerse de los hidrocarburos de ese país, a la vez que describe a Gaddafi como un gran personaje que está siendo victima de las mentiras de la prensa internacional.

Con esos argumentos, Castro lo que intenta es restarle importancia a los deseos de democracia del pueblo libio, acusando a los manifestantes de ser parte de esa supuesta conspiración internacional de la OTAN y buscando que otros gobiernos expresen también su respaldo al socialismo gaddafista.

Pero la realidad es que Gaddafi es un tirano más cruel que el propio Mubarak, aunque ambos son miembros del mismo calabozo de oprobio que la historia tiene reservado para todos los déspotas, incluido Fidel Castro. El dictador cubano podrá escribir mil artículos tratando de limpiarle la imagen a su homónimo libio, mas nunca tendrán mayor fuerza que las voces de millones de árabes que quieren libertad. En todo caso, la próxima columna que escriba Fidel sería más interesante que tratara el tema "¿Y cuando se levantará el pueblo cubano contra sus opresores?".


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lunes, 21 de febrero de 2011

Chávez y las lecciones del Medio Oriente

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Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
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Todo lo que ha estado ocurriendo en varios países árabes que poseen sistemas políticos autoritarios debería significar una lección para Hugo Chávez, en vista del deseo del presidente venezolano de implantar en su país un esquema de gobierno donde, a semejanza del de Gaddafi o Mubarak, un caudillo militar ostente el poder de manera indefinida.

Parece irónico, pero mientras Chávez y los que lo apoyan llevan 12 años esforzándose por construir en Venezuela un sistema de gobierno muy parecido a estos que se están viniendo a pique en el Medio Oriente, mediante la formación de bandas de mafiosos que amedrenten a la oposición, la destrucción de las Fuerzas Armadas, el cierre de medios de comunicación, reformas legales que otorguen poder sin límites al presidente y el estrangulamiento de las garantías ciudadanas; los pueblos de Arabia se están revelando en contra de este tipo de regímenes, con tal desesperación, que hasta están sacrificando centenares de vidas para que sus hijos no soporten la misma opresión que ellos aguantaron por décadas.

El Teniente Coronel Chávez es intimo amigo de muchos déspotas del Medio Oriente, a quienes incluso ha obsequiado réplicas de la espada de Bolívar debido a la simpatía ideológica que existe por parte del presidente venezolano para con los autócratas árabes. Pero ahora, Chávez y la cada vez más pequeña porción de pueblo que lo sigue deberían sopesar que la crisis de los modelos políticos autoritarios de esa región del mundo demuestra que esos sistemas de gobierno son una falsa alternativa a los problemas de Venezuela, porque no dan solución a las necesidades de la gente y porque el gobernante termina abandonando el poder por la puerta de atrás, desprestigiado y aborrecido por su nación.


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martes, 15 de febrero de 2011

¿Embargar a Venezuela?

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José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
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En la Conferencia Conservadora de Acción Política de EEUU, el sábado 12 de febrero, el congresista republicano Connie Mack propuso un embargo pleno contra el gobierno de Hugo Chávez. Tal vez la mayoría de los venezolanos que viven dentro y fuera de su país oyen esta proposición y sienten complacencia porque ven que de alguna forma una medida de esa naturaleza afectaría al régimen castro-chavista, pero no siempre las cosas son lo que parecen.

Los embargos no son efectivos, por lo general, contra los gobiernos autoritarios. Viéndolo bien, las largas sanciones comerciales de Estados Unidos contra Cuba, Irán, Corea del Norte o Siria, lejos de pavimentar el camino a la transición democrática, más bien le han facilitado las cosas a estos sistemas políticos represivos para gobernar sobre Estados económicamente debilitados, donde la población depende más que antes de los favores del gobierno. Lo que resulta en que menos gente se atreva a desafiar al déspota.

Los embargos sirven, además, de excusa a los líderes autocráticos para evadir responsabilidades por la ineficiencia de su gestión, culpando de todos los males sociales a las sanciones que impone el exterior, y para apelar a la idea de una conspiración orquestada en Washington como justificativo para encarcelar a los opositores internos y cerrar medios de comunicación por supuestamente cooperar con ella.

Esperar a que los gringos resuelvan casi siempre ha sido un mal negocio para los países que sufren gobiernos opresivos. La desesperación por salidas inmediatas muchas veces ha llevado a las comunidades de emigrantes exiliados en EEUU a simpatizar con cualquier propuesta que haga algo en contra de sus opresores, y los venezolanos no son ajenos a esa realidad. Sin embargo, un paquete de sanciones económicas por parte de Estados Unidos contra Venezuela, para debilitar a Chávez, no tiene muy buenas expectativas por lo que hemos mencionado. Las dictaduras se acaban cuando la oposición interna es numerosa y decidida; están como ejemplo el reciente caso de Egipto, Venezuela en 1958 y Ucrania en 2004.


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jueves, 10 de febrero de 2011

El cable Venezuela-Cuba: Otro símbolo colonial

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Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
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Con la llegada a Cuba del cable submarino de fibra óptica procedente de Venezuela, cortesía de los impuestos y recursos de los venezolanos, la isla de los Castro mejorará sus telecomunicaciones y multiplicará su capacidad de acceso a Internet. Tristemente, la concreción de esta obra agrega otro ladrillo al esquema de entreguismo y subordinación política que el gobierno de Hugo Chávez ha edificado con Cuba desde 1999, o como en La Habana lo prefieren llamar, "El Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela".

¿Por qué este cable de fibra óptica es parte del sistema colonial de explotación cubana contra Venezuela? Muy fácil, comencemos recordando que este desarrollo tecnológico lo financia completamente Venezuela, hasta el barco que lo instaló fue costeado por el gobierno venezolano, y Cuba disfrutará del servicio de Internet de banda ancha y telefonía sin cancelar absolutamente nada, todo enmarcado en el leonino "Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela", según el cual, Cuba obtiene de Venezuela petróleo, créditos, minerales, cemento, productos agrícolas, tecnología, asesoría técnica, recursos humanos, etc, y a cambio Venezuela recibe respaldo político de La Habana y atención médica -por lo que Chávez también paga una parte en efectivo-.

¿Todavía no parece que entre Venezuela y Cuba hubiera una relación colonial? Si no fue suficiente lo anterior, miremos el contexto del acuerdo: Cuba -en este caso la metrópoli- lleva 12 años imponiendo su agenda y modelo de sociedad a Venezuela -la colonia- con la colaboración de Chávez, y también tiene penetradas las instituciones públicas venezolanas -incluidas las FAN- con más de doscientos mil funcionarios militares y agentes políticos.

A muchos venezolanos les agrada hacer alarde de la célebre "viveza criolla" que mejor que nadie ilustra el personaje de "Tío Conejo" en nuestras tradiciones, pero no hay ninguna duda de que en todos los convenios que Chávez ha firmado entre Cuba y Venezuela, la picardía del simpático animalito brilla por su ausencia, ya que el comandante-presidente siempre prefiere ponerle a la tierra de Bolívar el papel de "pendejo" que otrora reseñara Uslar Pietri.


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"Chávez modera por los votantes venezolanos"

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
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En un artículo publicado por el medio de comunicación ucraniano Тиждень -que en español sería algo así como "Semana de Ucrania"- se reseña un análisis que hicimos respecto de la postura de moderación que Chávez exhibe desde comienzos de 2011, destacando que tal actitud no busca congraciarse con la comunidad internacional -como creen muchos analistas- sino con los votantes venezolanos, y que la maniobra ha sido utilizada en otras oportunidades por el Presidente Chávez.

El artículo puede leerse completo en ucraniano en este vínculo, o en una traducción al español haciendo clic aquí


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lunes, 7 de febrero de 2011

El logro más grande de la revolución chavista

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
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"Aquí estamos para rendir tributo al Poder Popular, el más grande logro de esta Revolución -y- Por eso estamos empeñados en seguir transfiriéndoles poder, para que ustedes puedan transformar sus vidas", fueron las palabras con las que el Presidente Hugo Chávez adornó el duodécimo aniversario de su llegada a la primera magistratura de Venezuela.

Lo incoherente de tal exposición es que el proyecto político chavista es por naturaleza caudillista y autoritario. La revolución no se basa en las propuestas del colectivo, tampoco en la alternancia de quienes ostentan los cargos públicos, y mucho menos en la inclusión en el proyecto país de opiniones distintas a las del Teniente Coronel Chávez, como uno esperaría de un régimen que se autodenomina exaltador del Poder Popular.

El chavismo radica en el culto a Hugo Chávez. Las expresiones y reformas que han caracterizado estos 12 años de revolución son del tipo: centralización de poder, reelección indefinida, cadenas de radio y TV donde Chávez habla solo durante horas, candidatura presidencial del PSUV permanentemente a cargo de Chávez, poder habilitante de 2 años, partido único, personas que ocupan hasta tres posiciones de gobierno al mismo tiempo, "máximo líder", "Comandante-Presidente", "Exprópiese", "Gobernaré hasta el 2021", "Metan preso a tal", etc.

En todo caso, estos 12 años de revolución chavista no tienen nada de poder para el pueblo, más bien nos han retrocedido a eso que, comenzando el siglo XX, Laureano Vallenilla Lanz calificó de Cesarismo Democrático, y que consiste en el gobierno permanente de un líder carismático que concentra gran poder y se legitima mediante elecciones.


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martes, 1 de febrero de 2011

La espada de Bolívar, el Bicentenario y la educación

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
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En un país que lleva 11 años sumergido en la violencia verbal y la confrontación política, y donde, además, el crimen es el amo y señor de la calle, sólo al Presidente Chávez se le ocurre conmemorar el Bicentenario de la Firma del Acta de Independencia haciendo una apología de la guerra.

De tantas cosas que podemos exaltar los venezolanos de Simón Bolívar y de los próceres que sellaron la libertad de Venezuela, de tantos acontecimientos históricos importantes que decidieron nuestra independencia, los venezolanos podíamos festejar el Bicentenario haciendo llegar a nuestras escuelas una réplica de la pluma con la que se firmó el Acta, o una copia del documento mismo donde nuestros libertadores certificaron la voluntad de este pueblo de vivir libre. Sin embargo, la idea de Chávez para tan magna fecha consiste en enviarle a nuestros jóvenes un sable, en el denominado "Recorrido de la Espada de Bolívar" para el año escolar 2010-2011, lo cual no es nada accidental.

La espada de Bolívar al fin y al cabo es un arma. Su recorrido por las escuelas y liceos en conmemoración del Bicentenario no tiene sino un mensaje implícito de violencia y militarismo que busca inculcar determinados valores en nuestros jóvenes:

Primero: Que las armas y los militares nos dieron la libertad, cualquier aporte de los civiles a la causa independentista fue una menudencia.
Segundo: Que las armas dan poder.
Tercero: Que para ser como Bolívar hay que empuñar un arma, y que no hay mejor manera de iniciarse en esa carrera que con una réplica de la del Libertador.
Cuarto: Que las confrontaciones bélicas decidieron nuestra soberanía.

La Firma del Acta de Independencia no fue un acontecimiento militar, fue una declaración política redactada por el abogado Juan Germán Roscio, sí, un civil. ¿Glorificando la guerra pensamos construir un país civilizado y democrático? ¿Es con la exaltación de un sable que formaremos las mentes de nuestros niños y adolescentes? "Moral y Luces son nuestras primeras necesidades", señor presidente, no las armas.


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