sábado, 9 de enero de 2016

Capriles 1999, Ramos Allup 2016

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

El comportamiento de Henry Ramos Allup como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela ha generado críticas del PSUV y de algunas personalidades de la Mesa de la Unidad Democrática, como Jesús "Chúo" Torrealba y el gobernador Henri Falcón.

El episodio que mayor polémica ha provocado, es el desalojo de los retratos de Hugo Chávez de la Asamblea, y la también remoción de los cuadros que pudiéramos denominar "Bolívar según Chávez", donde se representan las facciones del Libertador entremezcladas con las del líder fundamental del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Varias personas consideran que Ramos Allup debería optar por una actitud más pasiva en el parlamento, aspirando que, con ello, se logre apaciguar al gobierno. Lo que algunos no recuerdan es que en 1999, no hace tanto tiempo, nos encontrábamos en una situación que guardaba cierto parecido con la actual. En aquellos años, las fuerzas democráticas también habían conquistado un sólido control del Poder Legislativo, lo que incomodaba al recientemente electo presidente Hugo Chávez y a su proyecto autoritario. El para entonces veinteañero Henrique Capriles era el presidente del parlamento en esas fechas, y se encontró en la encrucijada de decidir su postura hacia las pretensiones del Poder Ejecutivo.

A ese Congreso, Chávez le envió grupos violentos para amedrentarlo, resultando agredidos algunos diputados, le hablaba en tono agresivo, lo insultaba y amenazaba públicamente en cadenas de radio y televisión, le pretendía imponer condiciones, en su seno se atrevió a calificar de "moribunda" la entonces vigente Carta Magna, y hasta le dio a entender que, si frenaban los cambios que él deseaba, se iba a desatar la versión "no-pacífica" de la revolución.

¿Qué hizo Capriles? Le pareció que era mejor hacer lo que el Ejecutivo proponía. Nunca protestó el comportamiento antidemocrático del Ejecutivo y, junto con el Poder Judicial, apostó por el apaciguamiento de Hugo Chávez por medio de una posición pasiva. Lo que sucedió a continuación, ya todos lo conocemos.

Hoy, 2016, la Asamblea Nacional, de mayoría democrática, enfrenta básicamente la misma situación que en 1999. Se defiende, protege los derechos de sus electores y de la institucionalidad venezolana, o cede y se acomoda a un agresivo Poder Ejecutivo que promete continuar los atropellos de la anterior administración.

Los representantes de la MUD en la Asamblea no pueden volver a cometer el error de 1999. Ramos Allup no está violando ninguna ley, más bien está haciendo valer el derecho que tenemos los venezolanos a que nuestro parlamento no esté secuestrado por los símbolos de un partido político, y menos aún por la visión de "arte" que tengan los miembros de dicha organización.


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