jueves, 2 de junio de 2011

Cuba: Dólares del tabaco primero que la salud

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

En el documental "Una verdad incómoda", de Al Gore, este político estadounidense dedica una sección al tema del tabaquismo y sus efectos perjudiciales para la vida humana, pero ese pedazo del discurso sobre el calentamiento global prefiere ser ignorado por Fidel Castro y los comunistas de Cuba.

Una buena parte del mundo civilizado ha comenzado a aprobar leyes para prohibir el consumo de cigarrillos en lugares que afecten a las demás personas, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, no obstante, como si no fuera suficiente ser uno de los únicos países todavía gobernado por una dictadura socialista, Cuba también prefiere ser una de las pocas naciones en evitar las regulaciones anti-tabaco para no afectar las ganancias capitalistas de su industria estatal tabacalera.

Según la OMS, unas 6 millones de personas morirán este año a causa del tabaquismo, sin incluir a los fumadores pasivos, pero en el paraíso socialista de los hermanos Castro, el planteamiento de escoger entre salud y dólares se define al estilo de Wall Street, ¿cuál produce más lucro?, en donde el capitalismo tabacalero gana sobrado.

Mientras Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Colombia, Guatemala, Panamá, Brasil, México, Uruguay y otros países de América Latina continúan avanzando en ofrecer a sus ciudadanos espacios libres del dañino humo del cigarrillo, Cuba sigue celebrando anualmente "El Festival del Habano", el tabaco sigue estando entre los tres principales productos cubanos de exportación y todo comunista latino tiene en su cuarto una foto de Castro o del Che con un habano en la boca.

Hace unos años, el gobierno de Cuba pretendió promover regulaciones anti-tabaco, pero las dejó sin efecto con el cuento de que la población no las toleraba, lo cual suena muy poco creíble si estamos hablando de una de las dictaduras más represivas del planeta.

Y así tenemos otra de las contradicciones del socialismo cubano. Fidel se la pasa escribiendo del crecimiento de los desiertos en África y de las emisiones tóxicas en el hemisferio boreal, pero donde él si puede hacer algo real por la vida, que es en la propia isla donde gobierna su familia, opta por hacerse el loco para hablar de los problemas de los países extranjeros.


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