miércoles, 20 de marzo de 2013

Sobre el Sicad

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Como Cadivi ni ningún otro de los mecanismos probados por el chavismo ha podido frenar la devaluación de la moneda venezolana, el gobierno de Nicolás Maduro modificó una parte del sistema de control cambiario.

Cadivi sobrevive por ahora y, en reemplazo del Sitme, el gobierno crea el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), un método de asignación basado en subastas del que debemos resaltar varias cosas.

El Sicad implica una nueva devaluación. Claramente nos dicen las autoridades monetarias venezolanas que el valor del dólar-sicad no será el mismo que el del dólar-cadivi, sino que estará sujeto a la fuerza de puja y el criterio del momento del Banco Central de Venezuela. Eso nos dará obviamente mucho más que 6.3 por dólar.

El Sicad se diferencia muy poco de las otras estrategias. Se basa en restringir la oferta y culpar a los consumidores de "especular con la compra de divisas", los mismos principios que inspiraron Cadivi y el Sitme.

El Sicad además supone un banco central haciendo pagos directos a proveedores, quienes ganen la subasta no tendrán control de los dólares, ¿en cuál mundo sería eso eficiente? No podemos imaginar el banco central de un país encargándose de pagar la interminable lista de pequeñas facturas de enlatados, whisky y electrodomésticos, una por una, como si se tratara de una simpleza. Si es ineficiente el Saime sacando cédulas cada 10 años y con oficinas en todo el país, ¿con qué personal pretende el BCV asumir esta tarea?

Por otra parte, el gobierno insiste en incrementar el papeleo y establecer nuevas reglas frecuentemente, como si la economía asimilara los constantes cambios legales sin incurrir en retrasos y confusiones.

Además, se les ocurre que una subasta es una fórmula socialista, asignando los dólares al mejor postor, o al que conozca más contactos dentro del gobierno. Con el Sicad, el que tenga más billete se queda con las divisas (estilo capitalismo salvaje), y se genera un estrecho embudo que empuja la demanda hacia arriba al haber una escasa oferta. Las subastas en mercados sedientos favorecen el alza del precio.

Lo peor es que no se resuelven los problemas de fondo. El bolívar se devalúa por los desequilibrios macroeconómicos causados por el gobierno, no porque los venezolanos compren dólares. Así que no esperemos ni más eficiencia ni más estabilidad en el valor de la moneda. Las consecuencias serán las mismas o peores que lo que venimos observando. El Sicad también será un mecanismo idóneo para favorecer la corrupción, la escasez, el papeleo inútil y el abuso en los mercados alternativos.


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