miércoles, 24 de abril de 2013

Desenlace electoral entre acelerones, frenazos y giros en U

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

La noche del domingo 14 de abril, una vez anunciados los resultados de las elecciones presidenciales venezolanas por parte de la máxima autoridad del CNE, uno de los directores del órgano electoral, Vicente Díaz, sorprendió a los venezolanos cuando solicitó auditar el 100% de las cajas y comprobantes de votación, dada la pequeña diferencia que beneficiaba a Nicolás Maduro. "¡El país lo necesita!", exclamó el funcionario.

Inmediatamente después, luego de interminables discusiones dentro de la directiva del PSUV, Maduro expresa que está de acuerdo con que se haga una auditoría de todas las cajas, actas y comprobantes de votación, "para que no quede duda de los resultados electorales", en sus palabras. Acto seguido, el candidato opositor, Henrique Capriles, muestra también su disposición para que se haga una auditoría completa del proceso electoral y sus resultados, dadas las irregularidades que se presentaron y el escaso margen de diferencia por el que se decidió la elección.

Muy poca gente sabe qué ocurrió en la madrugada de ese día, después de los mencionados pronunciamientos. Seguramente hubo reuniones otra vez de la alta directiva del PSUV y el gobierno cubano para evaluar la situación, percatándose de que una auditoría completa dejaría ver al mundo las importantes fallas del sistema electoral venezolano, y hasta, quién sabe, si cabría la posibilidad de que los resultados que transmitieron las máquinas no se corresponderían con los que guardan las cajas. El temor se apoderó de quienes juegan para el partido político del gobierno, sería mejor no ir a la auditoría para no correr riesgos, así que presionan a Maduro para que no insista en el tema de la auditoría.

Al otro día, ignorando las peticiones de ambos candidatos, de un director del organismo y de la OEA, el CNE proclama a la carrera la victoria de Maduro, para el beneplácito del comando de campaña del PSUV y los ministros del gobierno, quienes asistieron en pleno, sonrientes, a la ceremonia.

La temprana petición de Maduro, Díaz y Capriles de ir a una auditoría completa del proceso electoral del 14 de abril había sido volteada en cuestión de horas por una ansiosa proclamación del candidato de gobierno como ganador. Mala jugada de quienes mandan, pues por actuar apurados y pensar sólo en mantener los cargos, provocaron que el país entrara en un periodo de importante inestabilidad política que dejaría pérdidas materiales y humanas.

Después de varios días de violencia y represión en las calles, el gobierno, queriendo calmar el alboroto, considera una vez más la posibilidad de ir a la bendita auditoría de las elecciones, y así lo anuncia al país la rectora principal del CNE. Algunos opositores celebran hasta que se dan cuenta del engaño. Los voceros del gobierno informan que la auditoría se realizaría de manera diferente a como la habían solicitado Díaz, Maduro y Capriles, esto es, sólo comparando la transmisión de la máquina con las actas, sin que se abra una sola caja o se cuente algún comprobante de votación.

Y así, entre acelerones, frenazos y giros de 180 grados, continúan el gobierno y el Consejo Nacional Electoral manejando el desenlace de las elecciones presidenciales del 14 de abril. Hasta ahora, se salen con la suya quienes controlan a Maduro y pretenden imponer un resultado electoral al país.


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2 comentarios:

  1. Deberíais solicitar la ayuda de algún organismo internacional, con fuerza suficiente, para ejercer de "arbitro" (la ONU por ejemplo) para que no solo fuerce al gobierno a realizar la auditoria, sino que la supervise paa evitar nuevas sorpresas. Con éste "tira y afloja" los únicos dañados los venezolános de a pie, que imploran una respuesta y una esperanza, y sin duda la merecen.

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  2. Eva, desgraciadamente no hemos llegado a ese nivel de civilización donde las leyes internacionales tengan la fuerza para salvar a los ciudadanos de este tipo de autoritarismos.

    En Venezuela, el chavismo ha podido consolidarse, en parte, gracias al apoyo de gente como José Miguel Insulza y otros líderes regionales. Éste es un asunto que deberán resolver los venezolanos obligatoriamente. Nadie acudirá al rescate de la democracia venezolana mientras haya billetes verdes engordando las cuentas de banqueros y presidentes extranjeros. En la ayuda internacional no vemos la solución.

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