miércoles, 5 de septiembre de 2012

Significado estadístico del simulacro

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

El domingo, 2 de septiembre, se conocieron estudios de opinión que representaban los resultados del simulacro electoral en Venezuela. Ese mismo día se dieron las órdenes para que los encuestólogos de siempre, esos que trabajan para el gobierno, intentaran robar el mérito de lo que reflejó esa votación.

El principal ataque de estos "expertos" fue el de señalar que un simulacro electoral no es un muestreo formal, y por supuesto que tienen razón. El clásico muestreo estadístico no se hace de esa forma. En el estudio de opinión más ambicioso, difícilmente la muestra sobrepasa los 1500 datos, tomados de manera aleatoria y clasificados según la demografía.

Como es evidente, eso no ocurrió aquí. Los datos no fueron recolectados al azar, ni se calculó el peso estadístico del sexo y la clase social; sin embargo, los encuestólogos que han ganado mucho con este gobierno dejan por fuera, deliberadamente, un gran detalle: votaron 1.6 millones de personas.

De esta forma, hablaríamos de un muestreo que no cumple la aleatoriedad y ponderación que manda la academia, correcto, mas igual podríamos hallar en este evento dos cosas que nos dicen bastante: 

Primero, tenemos que considerar que, en todo caso, el sesgo pudo haberse producido en beneficio del PSUV, pues el gobierno tuvo más recursos para movilizar a su gente, y pasaba lista para tomar represalias contra quienes no fueron a votar. 

Segundo, aún si asumimos que no hubo sesgo a favor del chavismo, al ser la muestra tan grande, se hace más probable que el resultado final refleje algo que debería parecerse a la tendencia del votante típico.

Ahora, esto no significa que lo mismo ocurrirá necesariamente el 7 de octubre. Como siempre decimos, las encuestas no son profecías, pero una cosa es cierta, nadie que esté buscando la reelección se sentiría feliz de haber perdido un simulacro donde votaron 1.6 millones de personas, y a un mes de realizarse la elección.

El deseo de Chávez era demostrar todo lo contrario, confiado en que aplastaría con su maquinaría, el dinero del Estado y la intimidación de los empleados públicos. Lo dijo IVAD, no la CIA, Chávez perdió el simulacro electoral, así que el efecto mediático que pretendía generar a su favor, terminó jugando para la campaña de Capriles Radosnki.

Lo que pasará el 7 de octubre sólo Dios lo sabe. Este simulacro nos demostró que "los 30 puntos" de los que hablan las 3 grandes encuestadoras son pura propaganda del gobierno.


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