martes, 16 de septiembre de 2008

Maniobras rusas en Venezuela, septiembre 2008: Mensaje a EEUU, venta de armas y circo antiimperialista

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

El gobierno ruso ha confirmado el envío de cuatro barcos de guerra a Venezuela, lo que incluye al acorazado nuclear “Pedro el Grande”, el barco insignia de la armada rusa. Además, el Kremlin envió una cantidad no especificada de aviones de guerra, diseñados para el combate contra submarinos, los cuales serán temporalmente estacionados en las bases aéreas venezolanas.

Ante esta situación, han comenzado las especulaciones sobre por qué el Presidente Chávez, un asiduo crítico del imperialismo de las grandes potencias, ha permitido la presencia de fuerzas extranjeras en nuestro país.

Algunos piensan que se trata de un “trapo rojo” que Chávez está lanzando para desviar la atención de los nefastos resultados de su gobierno. Otros creen que Chávez está tratando de crear unas condiciones de inestabilidad, que justifiquen la suspensión de las elecciones regionales en Venezuela, pautadas para noviembre del año en curso, en las cuales la cantidad de gobernaciones que perderá Chávez, demostrarán que el actual Presidente venezolano ha perdido mucha popularidad.

No obstante, tenemos razones para pensar que hay algo más detrás del espectáculo militar que Chávez y Rusia están montando en Venezuela. Razones que podrían complementar lo que ya se ha dicho sobre este show militar de Chávez, y que sin duda alguna implican mucho dinero para Rusia y otros beneficios diplomáticos.

Desquite ruso

Uno de los beneficios que Rusia está sacando de estas maniobras militares en Venezuela, es el desquite por la reciente situación bélica que se vivió en el Caucazo.

No podemos olvidar que durante el ataque de Rusia contra Georgia, Estados Unidos envió dos portaviones a la región, como queriendo dar a entender que estaba dispuesto a evitar que Rusia se sobrepasara en Georgia -A Estados Unidos no le interesa que las exrepublicas soviéticas se anexen nuevamente a Rusia porque la fortalecerían demasiado-

En ese momento, Estados Unidos orquestó también sus alianzas diplomáticas para que la OTAN y la Unión Europea condenaran el ataque ruso contra Georgia y disuadieran al Kremlin para que se retirara.

Por lo tanto, Rusia ahora le está devolviendo el gesto a Estados Unidos. Así como los estadounidenses se pusieron del lado de Georgia en esa oportunidad, ahora Rusia hace el simulacro de ponerse del lado de Venezuela, como forma de protestar contra la intervención de Estados Unidos en el Caucazo. A pesar de lo que diga Chávez, éstas son pesadas jugadas entre potencias y no una intención rusa de proteger al gobernante venezolano.

Sin embargo, los principales efectos de esta jugada rusa son los beneficios pecuniarios. Ciertamente las maniobras militares en Venezuela hacen que los rusos se desquiten de Estados Unidos por la situación en Georgia, pero lo más importante, es que le hacen un favor a Hugo Chávez que le será cobrado vendiéndole más armas.

El dinero también compra simulacros militares

Los rusos no vinieron a Venezuela para respaldar la revolución, como creen quienes sueñan con revivir los tiempos de la desaparecida Unión Soviética.

El gobierno ruso está aprovechando la oportunidad, para negociar nuevos acuerdos que comprometen a Chávez para que compre más armas rusas. Durante el mandato chavista, el gobierno venezolano ha gastado más de cuatro mil millones de dólares en armamento proveniente de Rusia, pero en el Kremlin saben que a Chávez todavía le queda mucho dinero que sacarle.

Esta vez, el tratado comercial entre Rusia y Venezuela no se limita al intercambio de armas por dinero. En esta oportunidad los rusos vendieron sus equipos bélicos en combo, incluyendo una teatral exhibición militar que satisface las fantasías de guerra de Hugo Chávez, utilizadas para engañar a sus seguidores.

Chávez le pagó a los rusos para que hicieran un show militar, que recrea el ambiente de conflicto antiimperialista mediante el cual Chávez justificará las medidas represivas, que tiene planeadas contra los venezolanos disidentes. Es el mismo cuento con el que Fidel Castro manipuló a los cubanos a lo largo de su dictadura y que le sirvió para hechizar a muchos en Latinoamérica.

Al final de la farsa, Hugo Chávez aparentará tener un poderoso padrino que imaginariamente respalda su revolución, y continuará teniendo una coartada para cándidos –la fingida guerra contra el imperio- que nublará la mente de sus partidarios. Mientras tanto, Rusia se irá a casa habiendo enviado su mensaje a Estados Unidos y con los bolsillos llenos de petrodólares venezolanos, por la venta de armas.


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