lunes, 6 de diciembre de 2010

Monotonía chavista, la involución expresada

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

El ojo humano es capaz de identificar una cantidad prácticamente infinita de colores diferentes, pero en la revolución chavista, las tonalidades del mundo natural deben encuadrarse en un orden que combine con el matiz del pensamiento único: En la Venezuela de Chávez, los edificios públicos son rojos, las credenciales son rojas, la única pintura que compra el gobierno es la roja, las franelas de los empleados públicos son rojas, los vehículos de uso oficial son rojos, las vallas y objetos publicitarios del chavismo son rojos, los uniformes de los obreros son rojos, PDVSA es roja-rojita, y por supuesto, la camisa de Chávez también es roja.

El castellano tiene más de 88 mil palabras, y una base de datos como la Wikipedia en español contiene más de 600 mil conceptos distintos, pero en la revolución chavista, la falta de pensamiento creativo es igualmente la norma tanto en las expresiones verbales como en las escritas, así que cualquier cosa que pretenda hacer la revolución es bautizada de inmediato con la monotonía de costumbre: Fábricas socialistas, areperas socialistas, escuelas socialistas, cumbre socialista, créditos socialistas, comunas socialistas, subsidios socialistas, frente socialista, agricultura socialista, carro socialista, PDVSA socialista, justicia socialista y Fuerza Armada socialista.

Del mismo modo que en la URSS, Cuba y Corea del Norte, el hombre nuevo del socialismo chavista demuestra una visión unicolor y un lenguaje empobrecido, ambos rasgos adaptados a factores externos -la propaganda comunista-, lo cual es una prueba concreta de que, incluso como expresión cultural, la ideología chavista significa retroceso.


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