Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org
Lamentablemente las cosas han cambiado para los países productores de petróleo, en vista de que el precio del barril de crudo ha perdido más de cien dólares en menos de un año. Esto ha disminuido drásticamente los ingresos de los productores petroleros y está afectando especialmente a los países con las economías más frágiles.
Sin embargo, las cosas son peores para los países petroleros que son miembros de la OPEP, ya que deben enfrentarse no solo a los bajos precios del petróleo, sino también a los recortes de producción que exige la organización para defender los precios.
Los recortes OPEP, aunque pueden eventualmente influir de manera favorable al mercado, provocan sus efectos después de un tiempo. De modo tal que durante la espera se originan graves daños a los países miembros que tienen problemas con sus finanzas.
Esto puede observarse específicamente en un país como Ecuador, el cual tiene dificultades para pagar su deuda externa debido a la precariedad de sus cuentas públicas. Pero si ahora la OPEP quiere que de los 500.000 barriles diarios que produce Ecuador, este país saque del mercado 40.000 barriles diarios, se provoca un daño en las finanzas ecuatorianas de 1.600.000 dólares diarios -$48.000.000 mensuales- a los cuales Ecuador debe decirles adiós.
Tal vez esta cifra no parezca muy grande, pero debemos tomar en cuenta que Ecuador es una economía pequeña, cuyo PIB apenas sobrepasa los 50 mil millones de dólares y que depende en 60% de las exportaciones petroleras. En consecuencia, que los recortes OPEP dejen a un país como Ecuador con 576 millones de dólares menos al año sí representa un gran problema.
Paradojicamente, fue el propio Rafael Correa quien decidió que Ecuador se reintegrará nuevamente a la OPEP el año pasado, así que no puede echar la culpa de estos compromisos a los gobiernos anteriores.
Por ahora lo que ha inventado el gobierno de Rafael Correa para cumplir su responsabilidad con la OPEP, es imponer el recorte a las petroleras privadas que trabajan en Ecuador. No obstante, esta medida gubernamental no mejora los saldos fiscales y tiene el potencial de ahuyentar las inversiones de las petroleras extranjeras interesadas en proyectos energéticos ecuatorianos, los cuales necesitarán obligatoriamente de capital privado para completarse. Sobre todo si consideramos que el padrino político de Correa, Hugo Chávez, también se está quedando sin dinero.
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