Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri
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La semana pasada, el venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson salió de un aeropuerto en Venezuela con destino a Buenos Aires, una vez allá, intentó pasar de contrabando, en una maleta, aproximadamente 800 mil dólares por la aduana aérea. Debido a la insistencia de las autoridades aeroportuarias argentinas, Antonini Wilson se ve obligado a revelar el contenido de su equipaje de mano. Contenido que, según él, estaba integrado por libros –los libros son un material de muy bajo control aduanero por parte de las autoridades de la mayor parte del mundo-.
Pero los oficiales aeroportuarios argentinos pasan la maleta por un scanner y se dan cuenta de que no lleva libros. Abierto el equipaje, descubren que Antonini Wilson transportaba casi 800 mil dólares que quería introducir a fronteras argentinas de manera ilícita.
Todo esto se complica, si consideramos que Antonini Wilson viajaba en un avión contratado por una empresa estatal argentina que posee amplias relaciones con el gobierno venezolano, donde los tripulantes del avión eran, en su mayoría, altos funcionarios del gobierno argentino y venezolano. Sin olvidar, que esto sucede dos días antes de que arribe el Presidente de Venezuela a Buenos Aires, donde mantendría reuniones de alto nivel con el gobierno argentino. Y a pocos días de que la esposa del actual Presidente de Argentina lanzara públicamente su campaña como aspirante a la primera magistratura del país sureño.
Los venezolanos nos preguntamos, ¿qué hacía este personaje acompañado por altos funcionarios argentinos y venezolanos?, ¿sabían todos los tripulantes de este contrabando?, ¿es que estaban de acuerdo?, ¿cuál era el destino de este dinero?, ¿por qué si Antonini llevaba intenciones de negocios, como dijo, no utilizó un cheque de viajero o una transferencia internacional para realizar el pago?, ¿ha pasado esto varias veces con Argentina u otros gobiernos del mundo?. Aquí hay gente que debe responder a estas preguntas, pero pareciera que las autoridades venezolanas no tienen interés en abrir las averiguaciones.
Viejos amigos
Para nadie es un secreto que el actual gobierno venezolano mantiene relaciones políticas muy estrechas con el ejecutivo argentino. Incluso, el Presidente de Argentina, Nestor Kirchner, profesa una corriente ideológica muy cercana al ejecutivo nacional venezolano. Ambos mandatarios asumen una postura política de izquierda.
Aunado a esto, el ejecutivo venezolano ha rescatado literalmente al gobierno argentino de una crisis de crédito internacional de magnitudes espeluznantes. Venezuela es el principal acreedor de
Esto nos indica que el gobierno venezolano tiene mucho interés en que el partido de gobierno del actual presidente argentino permanezca en el poder, porque las relaciones políticas actuales se incrementarían, los proyectos bilaterales seguirían su curso y el respaldo político de un gobierno de izquierda a otro darían seguridad a la conformación de un bloque neocastrista en Suramérica.
¿El delito fue cometido por Antonini Wilson o por los medios de comunicación?
Ante este escándalo, el Presidente de Venezuela declara a la televisión internacional que “Uno de los más grandes problemas que tiene la humanidad son los medios de comunicación social”. Afirmando que todo este bochorno es parte de una conspiración mediática mundial contra su gobierno.
Hay videos, testimonios y documentos en Argentina, demostrativos de que Antonini Wilson violó la ley. Pero el Presidente venezolano y los altos funcionarios de su gobierno insisten en atacar a la prensa y acusarla de conspiradora. No obstante, al mismo tiempo que infundadamente atacan a los periodistas, son sumamente delicados a la hora de referirse a Antonini Wilson.
Con base en las pruebas, el poder judicial argentino decretó una orden internacional de captura en contra de Antonini Wilson, aunque nadie sabe del paradero de este individuo. En contraste, ni autoridades venezolanas, ni argentinas, han logrado demostrar vínculos entre ningún medio de comunicación y el crimen de contrabando en este caso.
Las autoridades públicas no poseen ninguna prueba de que los medios venezolanos son golpistas, conspiradores o agentes de
Reacción institucional en ambos países
Poder Ejecutivo: Kirchner pide la renuncia al miembro de su gabinete que está implicado en el delito y repudia públicamente el hecho, testificando que se abrirán las investigaciones caiga quien caiga. En contraste, el presidente de Venezuela y sus ministros acusan a los medios y dan versiones distintas conforme pasan los días. Varios ministros y altos funcionarios venezolanos confiesan haberse enterado del caso por los medios de comunicación.
Poder Legislativo: Diputados del Congreso argentino acuden a los medios de comunicación para repudiar este acto criminal y presionar a las autoridades para que se abran investigaciones y se castigue a los culpables. Por el contrario, en Venezuela, el Diputado Luis Tascón recuerda a los medios que hay que presumir la inocencia de Antonini Wilson y la mayor parte de los diputados de
Poder Judicial: Los tribunales y órganos de justicia argentinos abren investigaciones, otorgan entrevistas a periodistas locales, se acusa a Antonini Wilson de contrabando de dinero y se le dicta orden de captura internacional, continúan las averiguaciones. Por otro lado, en Venezuela, el Fiscal General declara que hay que esperar lo que haga Argentina en sus primeras declaraciones; luego de la presión de los medios venezolanos y de la opinión pública, el Ministerio Público asegura que abrirá investigaciones aquí en Venezuela.
Aparentemente sólo los tontos pagan
Este caso, en nuestro país, seguramente será lanzado a los archivos judiciales para dormir el sueño eterno, igual que pasó con el caso Montesinos y otros escándalos relacionados. Sin embargo, ya esto ocurrió en el pasado con otros gobiernos: juicios sobreseídos en casos de corrupción, el infame indulto otorgado por Ramón J. Velásquez a un capo del narcotráfico internacional, el “errorcito” de cálculo -que le costó una fortuna al país- cometido por un ministro de Caldera en su segundo gobierno o la corrupción de RECADI, donde un pobre chino terminó pagando los platos rotos de los políticos del momento.
No obstante, los pueblos y los sistemas políticos tienen su propia forma de hacer justicia, la más nefasta es la deslegitimación del régimen que permite tanto abuso y corrupción. Los puntofijistas tuvieron, alguna vez, todo el poder institucional de este país y lo que es mayor, tuvieron el favor popular por mucho tiempo. Pero tanta inmoralidad y decadencia de quienes dirigían, llevó al pueblo venezolano a mandar a las duchas a los antiguos políticos, sin guerras ni magnicidios. La historia siempre se repite, es una frase pronunciada por muchos sabios a lo largo del tiempo.
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Cuanto agarraron a ANTONINI con la maleta, el comento "AQUI HAY FUERZA!!!"
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