jueves, 9 de agosto de 2007

Venezuela y la deuda argentina

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

Argentina, junto con Brasil, es uno de los países de América Latina que más ha padecido la desgracia de ser gobernado por dictaduras militares. Por si fuera poco, el populismo ha dejado también su detestable huella sobre esta nación sureña. Como consecuencia, la herencia política argentina es nada envidiable.

La cantidad de gobiernos corruptos y despilfarradores que han asolado a los argentinos les ha dejado con una de las deudas públicas más grande del planeta, lo que constituye un pesado lastre que Argentina deberá arrastrar por muchos años.

Los gobiernos argentinos se han encargado de adquirir una deuda total que sobrepasa los ciento veinte mil millones de dólares ($120.000.000.000) y creciendo. Si calculamos esta deuda por habitante, considerando que en Argentina viven unas 40 millones de personas, significa que cada argentino debe 3 mil dólares.

El problema de deuda argentino es tan grave, que en 2002 el gobierno tuvo que declarar que no tenía la capacidad de pagar 92 mil millones de dólares de su deuda. Como de costumbre, el FMI intentó rescatar a las ineficientes clases políticas latinoamericanas y creó un plan para reestructurar los pagos del país sureño, pero no ayudó mucho.

Argentina tuvo que emitir nuevos bonos con vencimientos más lejanos y ofrecer altas tasas de interés a los inversionistas para ganar tiempo –se emitieron nuevos bonos con un valor nominal de 70%, es decir, un inversionista ganaba 30% con sólo comprarlos-, no obstante, a nadie le interesaba ser acreedor de un gobierno con tantos problemas fiscales y con reputación de mal pagador. Finalmente, luego de múltiples disputas legales, el 76% de los acreedores aceptó el cambio de bonos pero el resto de los inversionistas continuaba exigiendo su dinero inmediatamente.

El FMI no podía hacer más, ya el gobierno argentino no tenía reservas internacionales, el peso se había devaluado 75% repentinamente y Argentina fue sacada de los mercados internacionales de deuda, durante cuatro años, porque nadie quería hacer tratos con un país quebrado.

Todavía hoy en día el 25% de los acreedores sigue sin recibir compensación y esto constituirá un gran reto para el país en los años venideros. Los problemas de deuda pública en Argentina no han terminado.

Venezuela al rescate. $5000 mil millones por ahora.

Con todo esto, al actual gobierno venezolano no se le pudo ocurrir otra locura que financiar el salvamento del gobierno argentino. El gobierno nacional pagó más de la mitad de la deuda de Argentina con el FMI y se prestó para servir de respaldo a la emisión de bonos argentinos.

Sólo así pudo Argentina regresar a los mercados de deuda internacionales, pero con grandes reservas. Todos los bonos argentinos tienen una clasificación de alto riesgo, aún con el respaldo de Venezuela. Los bonos argentinos tienen tan mala calificación de riesgo debido a que es muy sospechoso que un país no sea capaz de garantizar los pagos por sí mismo, sino que necesita de otro –Venezuela, su principal acreedor en el presente- para dar seguridad a los inversionistas.

Además, los acreedores argentinos tienen que considerar otros riesgos potenciales, por ejemplo, qué sucederá con el financiamiento de Venezuela si en Argentina sale la izquierda del poder –vienen elecciones dentro de poco-, o qué pasará si la izquierda dejara de gobernar Venezuela o si el presidente venezolano, como suele hacer, cambia de humor de un momento a otro con el gobierno de país del sur.

Son demasiados riesgos, nadie quiere ser acreedor de Argentina, pero increíblemente el gobierno venezolano se ha transformado en el salvador de gobiernos en banca rota, como Argentina, Ecuador y Bolivia, con base en ingenuos compromisos partidistas y tratando de comprar apoyo para su proyecto político.

En menos de tres años, el gobierno venezolano se ha encargado de financiar 5 mil millones de dólares de la deuda argentina, a cuenta de que la izquierda internacional está decidida a sacrificar al Estado venezolano, para con nuestros recursos financiar sus revoluciones en el resto del mundo, pretendiendo consolidar un gobierno comunista en cada rincón del globo.

Anémico donando sangre. Comparación de datos.

Una pregunta que no dejan de hacerse los venezolanos es si está Venezuela en la capacidad de hacer el papel de superhéroe en esta telenovela. Argentina está en apuros, pero Venezuela no es que esté en una situación idílica. Veamos algunos datos:

En Argentina, el nivel de pobreza, según datos de la CEPAL, es de 26%, es decir, 3 de cada 10 argentinos son pobres. Mientras que en Venezuela, la misma fuente ubica la pobreza en 37%, lo que es igual a decir que 4 de cada 10 venezolanos son pobres. Si contrastamos las cifras, no hace falta ser Newton para darse cuenta de que en Venezuela, la relación de pobres por habitante es superior, incluso podemos precisar que en la tierra de Simón Bolívar hay 42,3% más pobres por habitante que en Argentina.

En cuanto al Índice de Desarrollo Humano, que mide la esperanza de vida en cada país, el acceso a salud, educación e ingresos reales ajustados, y que es calculado cada año por el PNUD de las Naciones Unidas, Argentina tiene un IDH de 36, lo que según la ONU la ubica entre los países de elevado desarrollo humano. Por su parte, Venezuela tiene un IDH de 72, lo que la ubica entre los países de mediano desarrollo humano. Entonces, para la ONU, Argentina tiene un desarrollo humano considerablemente mayor al de Venezuela -este índice va del 1 al 100 y mientras más bajo es mejor-.

Si miramos el producto interno bruto, Argentina es un país 17% más rico que Venezuela, con una economía de 212.702 millones de dólares versus los 181.608 millones de la economía venezolana.

La pregunta ya tiene respuesta, un anémico no debe donar sangre. Si el interés de un gobernante es el bienestar de los venezolanos no procedería con semejante plan, pero si el interés es exportar la revolución y complacer a Fidel Castro, aún sacrificando a los venezolanos, entonces proporcionar al gobierno argentino todos los recursos que necesite de Venezuela es la opción correcta.

En Venezuela hay mucha hambre y necesidad, tenemos a mucha gente que tiene que romperse la espalda para conseguir el pan de cada día y tratar de regresar a sus casas sin que los maten. Un gobierno honesto quiere a su país y a su gente antes de salir a despilfarrar los recursos que tantos necesitan. Aquí hay venezolanos que cuentan únicamente con lo poco que les paga el Seguro Social, venezolanos que viven entre latas o bajo puentes porque no tienen un lugar a donde ir, niños que rompen a diario las bolsas de basura para comer desechos y gente que se muere en los hospitales porque no hay una cama o falta algún insumo. Mientras que las “celebridades del gobierno revolucionario” usan trajes de diseñador, relojes de oro, costosos maquillajes, los mejores tintes para el pelo, carros de colección y todos los lujos que el dinero puede comprar.

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3 comentarios:

  1. Tengo entendido que el gobierno venezolano, revende esos bonos a fondos, es decir triangula los bonos. Que los bonos argentinos no estan en cartera del banco central de venezuela.

    La tasa que rinde este bono, es altisima rayana a la usura. 3 veces mas que el FMI.

    Gracias,

    Un Argentino avergonzado.

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  2. Amigo esta excelente tu análisis económico. Me gusto bastante, excepto algunos términos algo ofensivo para los que son de la derecha y para los que son de la izquierda.

    Otro detalle del documento es que el analisis es esclusivamente economico y no considera a fondo las implicaciones sociales y politicas. Pero me gusto una visión cruda de la que en verdad ocurre entre Venezuela y Argentina.

    Saludos y gracias por la información.

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