viernes, 27 de junio de 2008

Acosta Carlez es otro símbolo del destino de los chavistas

Autores:
Luis Alberto López Rafaschieri y José Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

El General retirado, Luis Felipe Acosta Carlez, actual gobernador del Estado Carabobo, es una prueba más para los chavistas, que no importa cuánto se sacrifique alguien por la revolución, al final será reemplazado cuando ya no sirva más a los planes dictatoriales de Hugo Chávez.

Acosta Carlez le fue muy útil al Presidente mientras estuvo dentro de las Fuerzas Armadas, ya que su importante rango militar lo transformaba en un valioso aliado, sobre todo para el necesitado Chávez de aquellos inestables años de 2001 y 2002.

Sin embargo, al igual que Ramón Martinez, Ismael García, los banqueros que financiaron la campaña del Teniente Coronel en 1998, Urdaneta Hernández, Acosta Chirinos, el General Rosendo, Raúl Baduel, Marisabel, el partido PODEMOS, los que votaron por Chávez y todo el que ha servido a la revolución, cuando ya no tiene más nada que ofrecer, es despedido con una patada presidencial y vilipendiado públicamente. Hugo Chávez no siente ningún respeto por sus seguidores, pues para él son como simples escalones que pisa para alcanzar sus objetivos personales.

Lo que una persona haya hecho por el proceso no tiene ningún mérito, a la larga todo chavista terminará decepcionado. Algunos han intentado cometer delitos por el socialismo y les va mal. Otros arriesgan su dignidad y les va peor. Y otros creen que pueden ser más astutos que Chávez y aprovecharse, pero salen con las tablas en la cabeza.

Como sea, siempre es el mismo final: Chávez los usa y los bota cuando ya no son útiles. En el chavismo no vale amistad, ni capacidad, ni lealtad, ni ética, ni ninguna virtud. Lo único que cuenta, es que los demás se inmolen para satisfacer los intereses del Comandante comunista.

El problema, es que esta política de vivir para el Presidente es insostenible en el tiempo, porque la gente también tiene necesidades que no se resuelven adorando a Chávez. Y por eso hay cada vez menos chavistas.

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3 comentarios:

  1. La ingratitud es una patología congénita en los "comunistas", ellos no agradecen ni siquiera a Dios que les dio la vida.
    ¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!

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  2. Un fraternal saludo. Muy realista el post, más claro no canta un gallo.

    La sumisión es un requisito indispensable para estar en el entorno más cercano del caudillo. La ciega y servil obendiencia.

    Pensamos que el problema, no es sólo que exista un individuo cono el aludido déspota, que por sus características personales, ya sabemos como reacciona y que podemos esperar de él, sólo bajezas. Pero lo más triste aún,es que existan individuos como el tristemente célebre susodicho General, dispuestos a apoyarlos conociéndo las terribles consecuencias que ese apoyo incondicional supone.

    Lo más lamentable entonces, no resulta tanto que existan déspotas arbitraios y abusadores como el comandante, sino que ellos no serían posibles, si no existieran tantos adulantes serviles dispuestos a plegárseles a sus planes de dominación de la sociedad.Es una combiinación repugnante, decadente, asqueante, pero muy real y no menos letal, sobre todo para quienes se arriesguen a someterse a los designios de un caprichoso ambicioso, como es el caso...

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  3. se botaron, se la comieron con este articulo, a mi en el fondo me dió pena ajena por Acosta Carlez; tan arrojante y Chavez barrió el piso con él y solo dice que lo perdona, se dan cuenta que son machos cuando tienen poder...que lástima por ud general, pero se lo merece...pues había perdido ya su dignidad desde su famoso erupto

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