El Neocastrismo

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

América Latina vive, desde mediados de los años 90, cambios importantes a nivel de sus clases dirigentes. Los partidos políticos que estaban en el poder fueron sustituidos, en muchas de las naciones de nuestra región, por movimientos que prometieron cambios profundos y estructurales que acabarían con la desigualdad y la miseria.

De la centroizquierda a la izquierda

En lugares como Venezuela, Argentina, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, se vivieron procesos políticos que sustituyeron a partidos políticos de centroizquierda por propuestas izquierdistas radicales, que colocan a la Cuba de Castro, como la Meca del nuevo orden que pretendían crear. En donde Fidel Castro se convirtiera en el guía supremo que mostraría el camino a seguir.

Posiblemente usted está pensando que Acción Democrática es un partido derechista venezolano o que el partido Justicialista argentino es conservador, como nos han querido hacer creer los políticos del Movimiento Quinta República -ahora Partido Socialista Unido de Venezuela- Pero la realidad es que AD en Venezuela, PJ en Argentina, el PRI en México, y casi todos los liderazgos políticos latinoamericanos han pertenecido a la llamada centro izquierda política. En términos básicos, la centroizquierda es un socialismo reformado, que sabe que el comunismo fracasó, por lo que tuvo que adoptar a la democracia entre una de sus propuestas políticas.

Ante este cambio de centroizquierda por izquierda, tenemos que decir, en primera instancia, que veníamos de gobiernos centroizquierdistas pero gente como la del PSUV, Daniel Ortega, Evo Morales y otros políticos latinoamericanos, pretenden hundirnos más en la izquierda como respuesta a los problemas latinoamericanos. Algo así como recomendarle la inanición a un desnutrido.

El Neocastrismo como modelo político

Como ya dijimos, los actuales gobiernos venezolano, boliviano, ecuatoriano, argentino y nicaragüense nos quieren llevar a un sistema político inspirado en la Cuba comunista. Pero veamos en qué consiste el modelo neocastrista, desde el punto de vista teórico:

- Fidel Castro intentó en el pasado implantar su modelo en toda la región a través de la fuerza, insertando guerrillas en Nicaragua, Colombia, Bolivia e intentando conquistar militarmente a Venezuela. Gracias a Dios, esta forma fracasó casi siempre y nuestra valiente Fuerza Armada venezolana pudo aplastar, en sólo tres días, a las tropas de Castro cuando estas trataron de colonizar a Venezuela -nos referimos a la Invasión de Machurucuto del 8 al 11 de mayo de 1967, incidente al cual dedicaremos un artículo completo más adelante-

No obstante, Castro ideó una manera innovadora, acorde a los nuevos tiempos, para exportar su modelo político: apoyar a líderes parias, descontentos con el sistema, a cambio de sumisión a su proyecto continental. Es decir, ganar electoralmente con ayuda de Cuba, a cambio de, una vez en el poder, reconocer el liderazgo de Castro y colaborar con su proyecto.

Tenemos entonces que ahora la revolución castrista se exporta electoralmente y no militarmente como al principio, es el primer dogma del neocastrismo.

- Alcanzado el poder, los gobiernos neocastristas pondrán a disposición de la Habana todos los recursos políticos, naturales, económicos y humanos que tenga la nación víctima. Esto hará sustentable la exportación del modelo neocastrista y permitirá apoyar, con mayor fuerza, a los movimientos neocastristas de otros países.

- El tercer dogma es copiar domésticamente el sistema político cubano. Partido único, nomenclatura institucional cubana -Ministro del Poder Popular, Asamblea Nacional, Tribunal Supremo y los otros nombres sustituidos, son los mismos que en Cuba- Constitución Nacional idéntica a la cubana, autocracia, supresión de la libertad de expresión, ataque a la propiedad privada, etc.

- El ALBA –Alternativa Bolivariana para las Américas- como sistema de comercio entre los socios neocastristas.

- Discurso anti Estados Unidos a manera de distraer la atención de los problemas reales de las naciones y de justificar el armamentismo para la represión interna.

- Eliminación o reducción de la presencia de otros estamentos sociales y políticos. Esto incluye a la Iglesia en todas sus formas, medios de comunicación, universidades, partidos políticos, gremios, sindicatos, etc.

- Exclusión de la economía privada de las inversiones importantes y sectores estratégicos de la nación.

- Controles excesivos sobre la propiedad privada.

- El elemento energético, aportado sobre todo por Venezuela, como herramienta de presión internacional y como premio a quienes se acoplen al nuevo orden, es una de las puntas de lanza de la diplomacia neocastrista. No es casualidad que después de Venezuela, los otros países seleccionados por el neocastrismo hayan sido Bolivia –por sus reservas de gas natural- y Ecuador –por sus reservas de crudo-

- En cuanto al modus operandi interno, la lucha de clases, el racismo, las listas públicas de partidarios y opositores que propicien la segregación, el sectarismo institucional -la división de la Iglesia, las Fuerzas Armadas, los sindicatos- es parte de la linea de acción gubernamental neocastrista.

- A diferencia del castrismo clásico, que sólo contaba con el apoyo de la URSS y los otros países comunistas, el neocastrismo cuenta con el apoyo de la izquierda internacional, lo que incluye a la izquierda europea y norteamericana.

Foro de Sao Paulo, una organización neocastrista internacional.

El Foro de Sao Paulo es una conferencia izquierdista latinoamericana cuyo objetivo es la conquista del poder político en la región. Se inició en 1990 en Brasil y desde entonces se realiza cada año en distintas capitales hispanoamericanas. La Habana ha sido seleccionada dos veces como sede.

Ésta es una de las organizaciones de mayor fuerza y promoción para la doctrina neocastrista. A ella pertenecen los partidos comunistas de casi todos nuestros países. Para formar una idea, por Colombia acuden las FARC y el Partido Comunista Colombiano; por Cuba acude el único partido que Castro permite en la isla, es decir, su partido comunista; y por Venezuela, están siempre presentes el Partido Comunista Venezolano y el Movimiento Quinta República –ahora PSUV-

Importancia de Venezuela para el neocastrismo

Venezuela representa para el neocastrismo un valuarte indispensable para financiar el derrocamiento de las democracias latinoamericanas. Con la caída de nuestro país, hemos pasado a ser el bolsillo de Fidel Castro y sus secuaces.

El PSUV –Quinta República- se prepara para acentuar el proyecto neocastrista en Venezuela. Para ello, necesitan de una nueva Constitución que les permita centralizar el poder del Estado venezolano y la posibilidad de reelegir indefinidamente a su líder. Esto les permitirá más control sobre los recursos nacionales, incluyendo los activos privados.

El actual gobierno no tiene la capacidad, ni la voluntad, de mejorar su gestión, porque el proyecto neocastrista consiste precisamente en todo el desgobierno que hemos padecido, ya que su fin es destruir al Estado venezolano con el objetivo de convertir a Cuba en el hegemón de América Latina.

Si se observan las últimas acciones del presidente, nos damos cuenta de que su plan es hacer que Venezuela se parezca cada vez más a Cuba: los nombres de los ministerios fueron puestos copiando los nombres de los ministerios cubanos, y la nueva Constitución es una vulgar copia de la Constitución cubana, adornada con algunos detalles para engañar a los venezolanos. Nuestro país es ahora, literalmente, una colonia del imperio cubano; y la capital política de Venezuela es La Habana.

Con todos los poderes públicos nacionales postrados a los pies del gobierno cubano, el neocastrismo ha cedido nuestra soberanía y transformado a Venezuela en la caja de herramientas de Fidel Castro. Todo lo que el neocastrismo necesita para desarrollarse, es tomado de Venezuela sin ninguna limitación. Castro escogió muy bien a los secuaces que lo ayudarían en la toma de Venezuela: una clase de políticos corruptos, sin ningún amor por nuestro país, que hacen lo que se les pida con tal de enriquecerse.

Regalando nuestros recursos, tecnología y capacitación en materia petrolera, el gobierno nacional ha transformado a Cuba en un exportador de petróleo. Venezuela le vende a Cuba los barriles de crudo con un gran descuento y luego Cuba los vende a otros países a precio de mercado. El mismo plan se tiene para Nicaragua. Se persigue crear varios centros de gravedad para no depender exclusivamente de nuestro país.

Venezuela es utilizada además para ejercer una presión internacional que los neocastristas llaman la diplomacia petrolera, involucrando a los países vecinos en sus proyectos energéticos, para luego chantajearlos con retirar las inversiones y eliminar los subsidios al precio del combustible si no se alinean a La Habana.

Por otro lado, el gobierno nacional ha intercambiado los intereses de Venezuela por los intereses de Cuba. Mientras nuestro país se sumerge en la violencia, el crimen, la pobreza y otras necesidades locales, las preocupaciones del gobierno son, entre otras, extraditar a Posada Carriles –un objetivo de Castro- construir casas en Cuba, mejorar la conexión de Internet de la isla, desarrollar sus telecomunicaciones y recuperar la economía cubana mediante préstamos y generosas ayudas en dólares frescos.

Un entreguismo parecido es practicado con otros países, con el fin de fortalecer el liderazgo cubano en toda la región, pero ningún gobierno sustrae tanto de Venezuela como el gobierno de Cuba.

Crítica a Brasil y México

Brasil y México tienen las economías más grandes de América Latina –y una de las más grandes del mundo- Además, su población y territorio son los mayores de Latinoamérica. Y en general, son los países más fuertes y desarrollados de nuestra región.

Basados en esta realidad, en un mundo normal, lo lógico sería que el liderazgo latinoamericano estuviera muy influido por las clases políticas brasileras y mexicanas. Porque lo natural es que los modelos exitosos, que han logrado los mejores resultados, sean los ejemplos que influyan a los demás. Sin embargo, nosotros somos sumamente críticos de las clases políticas de Brasil y México, ante el avance del proyecto neocastrista en Latinoamérica.

Ciertamente que todo el liderazgo político latinoamericano ha sido inepto y ciego para comprender el tipo de amenaza que los planes de La Habana representan para nuestra región. Pero no es menos cierto que los llamados a influir los modelos políticos en América Latina son sus países más desarrollados, vale decir, Brasil y México. Lamentablemente, la miseria política de nuestros países es ser gobernados por una manada de mediocres.

El gobierno corrupto de Lula da Silva en Brasil, y el opositor López Obrador en México, son parte de este movimiento neocastrista, que tiene como objetivo esclavizar a los latinoamericanos. Por ahora, la institucionalidad brasilera ha logrado detener a Lula, y las autoridades de México han impedido que López Obrador subvierta el orden Constitucional. Pero el hecho de que las instituciones de Brasil y México hayan detenido internamente a los neocastristas, no les quita la deshonra de haber perdido el liderazgo regional, lo que favorece ampliamente al movimiento de La Habana.

Nos resulta insólito presenciar que la música que baila Latinoamérica hoy en día es tocada por la orquesta del gobierno de Fidel Castro y sus acólitos. Un gobierno de un país pequeño, con una economía quebrada y una población de menos de 12 millones de personas.

Saquen ustedes sus propios cálculos: La economía de Brasil es la décima del mundo; la de Cuba ni siquiera figura en el ranking internacional. La población de Brasil es de 190 millones de personas; la de Cuba es de 11,3 millones; el ejército de Brasil es enorme, ha participado en guerras importantes y está dotado con alta tecnología –incluyendo la nuclear- el ejército de Cuba es pequeño, integrado por milicianos que visten horrendas guayaberas verde oliva y está dotado con armas del siglo pasado. También, la población capacitada de Brasil es mayor que la de Cuba. Finalmente, el desarrollo urbano, científico, tecnológico e institucional de Brasil es muy superior al de Cuba. Y considerando que no vamos a compararla con México porque encontramos la misma relación de desventaja.

Lo que vive América Latina actualmente es tan inaudito, como si nos imagináramos que en Europa el país que marcara la pauta para toda la Unión fuera Serbia.

¿Acabará el neocastrismo con la muerte de Fidel?

Desafortunadamente, la respuesta a esta pregunta es negativa. Aunque la muerte de Castro dará un duro golpe a los seguidores de esta corriente política, el modelo de autoritarismo, esclavitud y dominación del dictador cubano permanecerá por varios años más. Hay que reconocer que la capacidad de Castro de engañar a los pueblos y cautivar con promesas de cambio a las generaciones de los años 60 fue anormal. Con su muerte, el neocastrismo perderá a su principal y único líder, el artífice y estratega de todos estos planes de exportación de la revolución cubana.

Pero la izquierda latinoamericana es fuerte, organizada y ha conseguido importantes logros políticos como la victoria del Movimiento Quinta República en Venezuela, y la conquista electoral de las presidencias de Nicaragua, Argentina, Brasil, Bolivia y Ecuador. Lo que le suma apoyo y recursos para continuar con los planes de Castro.

Queda de parte de las nuevas clases políticas prepararse para esta constante amenaza. Sólo aquellos que amen a sus naciones, sean honestos, estudiados y tengan el valor de oponerse a este mal podrán salir adelante.

Nosotros estamos convencidos de que el proyecto neocastrista es derrotable. Nuestras sociedades han avanzado mucho en materia democrática y un nuevo liderazgo está emergiendo para sustituir al que caducó. La jubilación de la ineficiente clase política latinoamericana está cerca. Nuestros países se merecen algo mejor que el neocastrismo.

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