miércoles, 11 de marzo de 2009

Acerca de la crítica republicana al plan de impuestos de Obama

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri
www.morochos.org

Obama le ha propuesto a los estadounidenses una reforma fiscal que recorte impuestos a las clases menos adineradas y aumente en un billón de dólares la contribución de la elite económica de Estados Unidos. El gobierno calcula que con esta iniciativa se estimulará a la pequeña empresa, se darán más préstamos escolares y se creará un nuevo plan de salud que beneficiará a los necesitados.

Pero la mayor parte de los republicanos rechazan esta idea por considerarla “un plan Robin Hood”, “socialista” y fomentadora de la “lucha de clases”. Asimismo, acusan al gobierno de penalizar el éxito y reprimir la inversión con esta medida.

Sin embargo, este plan tributario de Obama no es nuevo en Estados Unidos, ya que fue parte de las políticas implementadas durante los gobiernos de Bill Clinton, quien subió los impuestos de 31 a 36% a las familias con ingresos anuales superiores a los $140.000, y a casi 40% a las familias con ingresos de más de $250.000 al año -exactamente los mismos números que propone Obama- Todo con el objetivo de mantener bajos los tributos a la clase media y financiar programas de apoyo para los pobres.

Debemos recordar que la “Era Clinton” fue una de las más prósperas en toda la historia de Estados Unidos, y que Clinton casi logró instituir un sistema de salud universal pero el proyecto fue rechazado por el Congreso. Así que no se puede argumentar que tal mecanismo acabará con el crecimiento económico y la inversión privada. Al contrario, si a los menos pudientes se les mejoran las oportunidades, el país entero tiene mayores posibilidades de desarrollarse y de generar bienestar para todos.

Y tampoco se puede decir que es una propuesta socialista, porque no atenta contra la propiedad privada, sino que propone un aumento de apenas unos puntos en los tributos de quienes tengan grandes ingresos. Además, aún si se aprobara el plan de impuestos de Obama, EEUU seguirá estando entre los países desarrollados con gravámenes más bajos.

Irónicamente, una parte del dinero que se recaudará con esta alza de impuestos ayudará a financiar los planes de rescate de las empresas de los ricos, ya que aunque los fondos no vayan directamente a las corporaciones en riesgo de quiebra, permitirán que el presupuesto del gobierno sea más estable y destine más recursos a las compañías que lo necesiten.


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