sábado, 3 de noviembre de 2007

El gobierno de Venezuela está ciego y sordo

(Este artículo también está disponible en audio -Duración 00:02:32; Tamaño 2,32MB; Formato MP3-, puedes hacer clic en el botón "play" para escucharlo. Voz de José Alberto López Rafaschieri)

El jueves, los estudiantes venezolanos marcharon hasta el CNE. Lograron reunir a decenas de miles de personas que los acompañaron y le demostraron al gobierno que toda Venezuela los apoya. Sin embargo, fueron recibidos por unos pocos agentes del régimen, individuos que acuden a todas las manifestaciones de la oposición para sabotear y crear situaciones de violencia. Junto a ellos, un continente exagerado de policías metropolitanos y guardias nacionales, frenaba el avance de la pacífica marcha hasta su destino final.

Ayer, los diputados de la Asamblea Nacional –electos con menos del 20% de los votos del electorado venezolano- marcharon también hacia el CNE junto a no más de 1000 simpatizantes del oficialismo. Nadie les impidió el paso y todos llegaron hasta las puertas del CNE. Una prueba más de la discriminación que se ha impuesto en la nación.

El gobierno sigue quedándose sin el apoyo popular. La Iglesia, los medios, los intelectuales, los obreros, los estudiantes, los gremios, los empresarios y el pueblo han demostrado su desacuerdo con la reforma constitucional. Aún así, el gobierno sigue empecinado en un proyecto egoísta que sólo satisface los deseos de la cúpula gubernamental.

Mientras el Presidente se reúne con modelos internacionales, va a Cuba a rezarle el Padre Nuestro a Fidel Castro y anuncia que se metería en lo más profundo de la selva para hablar con los guerrilleros colombianos, se rehúsa a gobernar en Venezuela para todos. Presidente, no todos podemos estar siempre equivocados y usted siempre acertar, usted también es humano. Se están repitiendo los mismos errores que otros han cometido en la historia, con nefastos resultados.

Si el régimen continúa siendo el factor de conflicto en el país, sin dar respuesta a las necesidades de seguridad y abastecimiento que demanda la población, la única forma pacífica de liberar tanta tensión será con la renuncia del primer mandatario nacional.

Autores:
José Alberto López Rafaschieri y Luis Alberto López Rafaschieri

www.morochos.org

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